Airbus ha anunciado el próximo envío al centro de lanzamiento en Vandenberg, California, del segundo satélite de la misión Copernicus Sentinel-6. Su despegue está previsto para noviembre de 2025. Este nuevo satélite garantizará la continuidad de los datos de altimetría oceánica con precisión centimétrica durante los próximos seis años, consolidando el papel de Europa en la monitorización del cambio climático.
El satélite Sentinel-6 representa un hito dentro del programa Copernicus de la Unión Europea, una iniciativa clave para la observación de la Tierra. Desarrollado por Airbus como contratista principal, el satélite dará seguimiento a la exitosa misión Sentinel-6 Michael Freilich, lanzada en noviembre de 2020.
“Sobre la base del notable éxito de Copernicus Sentinel-6 Michael Freilich, este nuevo satélite garantizará el flujo ininterrumpido de datos de altimetría oceánica de ultra alta precisión durante los próximos seis años”, señaló Marc Steckling, director de Observación de la Tierra, Ciencia y Exploración Espacial en Airbus Defence and Space. “Esta misión repetirá su análisis global cada 10 días, cartografiando meticulosamente la topografía de los océanos, siguiendo los cambios del nivel del mar con precisión centimétrica y monitorizando las corrientes oceánicas”.
Datos para afrontar el cambio climático
Los datos generados por Sentinel-6 son cruciales para comprender y prever el impacto del cambio climático sobre los océanos. Esta información permite analizar los niveles del mar a escala global, así como las condiciones oceánicas, velocidades del viento, dinámica de las corrientes y almacenamiento de calor. Las mediciones respaldan la toma de decisiones por parte de gobiernos e instituciones en materia de protección de zonas costeras vulnerables y encuentran aplicación en ámbitos como la planificación urbana o la preparación ante desastres naturales.
El nuevo satélite de 1,5 toneladas estará equipado con un altímetro radar de última generación y un radiómetro de microondas avanzado, asegurando la continuidad de las mediciones por satélite iniciadas en 1992. Tras su lanzamiento, los dos Sentinel-6 volarán en formación durante aproximadamente un año, lo que permitirá una calibración cruzada de sus datos para asegurar la máxima precisión y coherencia en el seguimiento del nivel del mar.
La misión Sentinel-6 es un claro ejemplo de cooperación internacional. Está impulsada por la Agencia Espacial Europea (ESA), la Nasa, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), con el respaldo del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES).
Copernicus constituye el componente de observación terrestre del Programa Espacial de la Unión Europea y proporciona datos y servicios gratuitos, continuos y fiables a autoridades públicas, empresas y ciudadanos. Está gestionado por la Comisión Europea y cofinanciado por la Unión Europea y la ESA, que también se encarga de coordinar su desarrollo y evolución, así como de la operación de algunos de sus satélites.
En un contexto en el que el nivel medio global del mar aumenta a más de cuatro milímetros por año, Sentinel-6 se reafirma como una herramienta indispensable para afrontar este desafío. Con el respaldo de una arquitectura tecnológica avanzada y una colaboración institucional sólida, la misión aspira a seguir siendo una fuente clave de inteligencia climática en las próximas décadas.