La Nasa y Boeing preparan un equipo de investigación, conjunto e independiente, para examinar los principales problemas registrados durante la prueba de vuelo orbital no tripulado del CST-100 Starliner, del constructor aeroespacial norteamericano, según informa la Nasa.
El equipo independiente informará a la Nasa y a Boeing sobre la causa del fallo del temporizador ocurrido durante la misión y cualquier otro problema de software y proporcionará las medidas correctoras necesarias antes de que una tripulación vuele a la Estación Espacial Internacional (ISS) en el marco del Programa Comercial Tripulado de la agencia.
El equipo revisará las principales anomalías registradas durante la prueba de vuelo del pasado mes de diciembre, los posibles factores contribuyentes y recomendaciones para garantizar un diseño robusto para futuras misiones. Una vez en marcha, la investigación tiene como objetivo durar unos dos meses antes de que el equipo realice su evaluación final.
Paralelamente, la Nasa está evaluando los datos recibidos durante la misión para determinar si se requiere otro vuelo de prueba no tripulado. No se espera esta decisión durante varias semanas ya que los equipos se han tomado el tiempo necesario para esta revisión. El objetivo de la Nasa será determinar si la agencia y Boeing recibieron suficientes datos para validar el rendimiento general del sistema, incluidos el lanzamiento, las operaciones en órbita, la orientación, la navegación y el control, el acoplamiento/desacoplamiento a la ISS, el reingreso y el aterrizaje. Aunque los datos de la prueba no tripulada son importantes para la certificación, es posible que no sea la única forma en que Boeing puede demostrar todas las capacidades de su sistema.
La prueba de vuelo no tripulado fue propuesta por Boeing como una forma de cumplir con la misión de la Nasa y los requisitos de seguridad para la certificación y como una forma de validar que el sistema puede proteger a los astronautas en el espacio antes de volar la tripulación.
La misión no tripulada, incluido el acoplamiento a la ISS, se convirtió en parte del contrato de la compañía con la Nasa. Aunque se planeó el atraque, es posible que no tenga que realizarse antes de la prueba tripulada. Boeing necesitaría la aprobación de la Nasa para proceder con una prueba de vuelo con astronautas a bordo.
El Starliner se está transportando actualmente desde el lugar de aterrizaje, en la base del Ejército norteamericano White Sands, a la instalación de procesamiento de naves de carga y tripulada de la compañía en Florida. Desde el aterrizaje, los equipos han salvaguardado la nave espacial para el transporte, descargaron datos de sus sistemas a bordo para su análisis y completaron las inspecciones iniciales del interior y el exterior del Starliner. Se realizará un análisis más detallado después de que la nave espacial llegue a sus instalaciones de procesamiento.
La prueba de vuelo orbital de Boeing se lanzó el pasado 20 de diciembre a bordo del cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, en Florida. La misión, que no consiguió su pretensión de llegar a la ISS, aterrizó con éxito dos días después, completando una prueba abreviada que realizó varios objetivos de la misión antes de regresar a la Tierra como el primer aterrizaje orbital terrestre de una cápsula norteamericana.