Madrid.- El módulo Schiaparelli, de la misión ExoMars 2016, que realizará este miércoles el primer aterrizaje europeo en Marte, lleva consigo un importante equipo aportado por el INTA español. Se trata del Sensor de Irradiancia Solar (SIS) capaz de medir la cantidad de radiación solar recibida en superficie en diferentes bandas espectrales, desde el ultravioleta (UV) hasta el infrarrojo (IR).
Schiaparelli llega a Marte con un instrumental científico consistente en una estación meteorológica construida por un consorcio formado por diversos centros de investigación europeos. Esta estación denominada DREAMS (Dust characterization, Risk assessment, and Environment Analyser on the Martian Surface) será capaz de estudiar durante unos pocos días (su vida estará limitada por el uso de baterías no recargables) diversos aspectos ambientales, como presión, humedad, temperatura del aire, viento, irradiancia solar en la superficie, o la existencia de campos eléctricos en un amplio rango de frecuencias.
La información proporcionada por DREAMS ayudará a mejorar el conocimiento actual sobre la dinámica atmosférica en el planeta, especialmente en su época de mayor actividad de tormentas y eventos de levantamiento de polvo, cuando se pretende que la misión aterrice. El INTA aporta a esta estación meteorológica el sensor SIS que, además de medir la cantidad de radiación solar, es capaz de medir la opacidad de la atmósfera debido al polvo suspendido en ella, uno de los principales moduladores del clima marciano. Por último, se espera poder detectar la presencia de nubes en el cielo de Marte durante el amanecer y anochecer.
Además de las investigaciones meteorológicas en torno a DREAMS, Schiaparelli permitirá otro conjunto de investigaciones relacionadas con el proceso de descenso y aterrizaje de la sonda. Dichas investigaciones, denominadas AMELIA (Atmospheric Mars Entry and Landing Investigations and Analysis), se llevarán a cabo reuniendo y analizando todo un conjunto de señales proporcionadas durante el descenso por diferentes sensores integrados en la nave y empleados para el guiado de la misma en su trayectoria a través de la atmósfera del planeta. El instrumento desarrollado por el INTA complementa dichas medidas, al proveer una valiosa información relativa a la inclinación de la cápsula una vez haya aterrizado.
No es la primera misión a Marte en la que el INTA participa ni será la última. Ya participa en el rover Curiosity de la Nasa y desde 2003 lidera también el desarrollo de uno de los instrumentos principales que se embarcarán en el rover de la misión hermana, ExoMars 2020. Se trata del espectrómetro RAMAN, instrumento que emplea una potente técnica de caracterización mineralógica, que permitirá la identificación de compuestos orgánicos, productos minerales e indicadores de actividad biológica o presencia de agua.
En fechas muy recientes, el Instituto ha sido también seleccionado por las agencias espaciales europea y rusa para construir tres nuevos instrumentos que se embarcarán en el módulo de aterrizaje de ExoMars 2020. Se trata de un espectrómetro de irradiancia solar, un medidor de polvo en suspensión (con la Universidad Carlos III de Madrid) y un sensor magnético.
Asimismo, el INTA desarrolla, junto al Instituto Nacional de Astrofísica de Italia, un avanzado instrumento capaz de medir el tamaño y cantidad de las finísimas partículas suspendidas en el aire marciano.
El INTA ha logrado hacerse un hueco en todas las misiones a Marte actualmente en curso, con todas las agencias espaciales involucradas (Nasa, ESA, Roscosmos). Este hito lo sitúa como uno de los centros europeos de referencia en el desarrollo de instrumentación científica para la exploración de Marte.