Cabo Cañaveral.- La compañía estadounidense SpaceX lanzó con éxito este sábado su cápsula Dragon con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS), pero fracasó en su intento de aterrizaje controlado de la primera fase del cohete Falcon 9 sobre una plataforma flotante en el océano Atlántico.
Dragon ha llevado con éxito hasta la ISS 2,2 toneladas de carga, incluidos víveres para los seis miembros de la tripulación, equipos, elementos para experiencias científicas y una cámara IMAX, así como piezas de repuesto. Se trata de la quinta misión de abastecimiento de la ISS efectuada por SpaceX por encargo de la Nasa, de las doce previstas en el marco de un contrato por 1.600 millones de dólares.
En cambio, la otra parte del lanzamiento resultó un fracaso. Tras la separación del resto del lanzador tres minutos después del despegue de la base de Cabo Cañaveral, la primera fase del cohete encendió sus motores de retropropulsión para efectuar un descenso controlado y posarse, con precisión de diez metros, en una plataforma de 91 metros de largo y 170 de ancho, que flotaba en el Atlántico a 322 kilómetros al noreste de la base de lanzamiento. Pero no ocurrió así.
"El cohete pudo llegar a la plataforma pero lo hizo de una manera brutal", dijo Elon Musk, fundador y presidente de SpaceX. Según él, el fallo provocó diversos daños en los equipos de la plataforma. La compañía había reconocido anteriormente la gran dificultad de esta maniobra y Musk había adelantado que las posibilidades de éxito estaban al 50%.
La firma californiana trabaja desde hace dos años en el desarrollo de tecnologías para permitir recuperar la primera fase de su lanzador con el fin de abaratar significativamente los costes de la operación, lo que supondría una revolución en los lanzamientos de este tipo de cohetes.