Sentadas las bases de la necesidad de mantener en funcionamiento todos los aeropuertos españoles, el siguiente paso es decidir cómo gestionar las infraestructuras: manteniendo el sistema actual con Aena Aeropuertos como empresa de capital público operando en red, proceder a su privatización en conjunto, tal y como viene anunciando el Ministerio de Fomento desde el inicio de la presente legislatura, o adoptando un sistema de privatización por bloques, que es lo que se propone en este artículo.
En efecto, una privatización en tres bloques de aeropuertos tiene dos grandes ventajas respecto al modelo previsto de privatización en un único bloque. En primer lugar, fomenta la competencia. Para ello, cada uno de los tres bloques debe contar con uno de los tres aeropuertos españoles que, en mayor o menor medida, se pueden considerar un hub: A.S.Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca. Asimismo, se deben incluir, en grupos diferentes, los aeropuertos que puedan competir entre ellos por estar en la misma área de influencia o en su proximidad. También habría que considerar el tipo de operación, en especial, si es comercial de pasajeros o carga, o de aviación general. Por último, los grupos deberían estar compensados en tráfico y en resultados de explotación.
La segunda ventaja es que evita el cierre de algún aeropuerto, para lo cual se deben distribuir entre los tres grupos los aeropuertos que en la actualidad son deficitarios. Esto no significa que se deba mantener su situación actual, sino que deberían acometer profundos cambios, tal y como se ha comentado en el capítulo anterior. Se debe insistir en el cumplimiento de la nueva normativa de la Unión Europea sobre ayudas a los aeropuertos y las exigentes condiciones que imponen, entre las que se encuentra el objetivo de que deben asumir sus costes de funcionamiento.
Un modelo parecido fue publicado el 1 de febrero de 2014 por Felipe Navio, Presidente de la asociación de compañías aéreas AECA, bajo el título: “¿Existe una alternativa en la gestión de los aeropuertos?, aunque en el mismo, sólo se agrupaban 6 aeropuertos en cada grupo (18 en total), proponiendo tres alternativas para los 30 restantes: añadirse por subasta a los concesionarios que gestionen los tres grupos, pasar a ser gestionados por empresas privadas, locales u otras entidades, o cerrarlos. Con ello, los mencionados 30 aeropuertos tendrían un futuro incierto.
En consecuencia, en el presente artículo, la propuesta consiste en privatizar Aena Aeropuertos en tres lotes de 16 aeropuertos cada uno, los cuales, teniendo en cuenta los criterios descritos anteriormente, quedarían compuestos de la siguiente manera:
– Grupo 1: A.S. Madrid-Barajas, Gran Canaria, Tenerife-Norte, Menorca, Murcia-San Javier, Santander, Reus, Jerez, A Coruña, El Hierro, León, Vitoria, Logroño-Agoncillo, Córdoba, Madrid-Cuatro Vientos y Huesca-Pirineos.
– Grupo 2: Barcelona-El Prat, Alicante-Elche, Tenerife-Sur, Ibiza, Santiago, Asturias, La Palma, Almería, F.G.L. Granada-Jaén, Zaragoza, San Sebastián, Badajoz, Salamanca, Burgos, La Gomera y Sabadell.
– Grupo 3: Palma de Mallorca, Málaga-Costa del Sol, Lanzarote, Valencia, Fuerteventura, Sevilla, Bilbao, Girona-Costa Brava, Vigo, Valladolid, Melilla, Pamplona, Ceuta, Algeciras, Albacete y Son Bonet.
Conclusión
Desde un punto de vista social y político, está totalmente justificado que todas las provincias españolas pretendan contar con un aeropuerto en su territorio, de la misma forma que está justificado disponer de una estación de ferrocarril. Ahora bien, no todas las estaciones pueden acoger trenes de alta velocidad, al igual que no todos los aeropuertos pueden estar preparados para recibir Jumbos que vuelen desde cualquier lugar.
En definitiva, un aeropuerto debe buscar la rentabilidad económica aunque puede estar justificada su existencia sin ella, siempre y cuando cumpla con una labor social o de otra índole o promueva un desarrollo regional, cumpliendo con la normativa europea de ayudas estatales.
En cuanto al modelo de gestión, se debería acometer la privatización de Aena Aeropuertos entres bloques de 16 aeropuertos cada uno, liderados por A.S. Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca, lo cual fomentaría la competencia y evitaría el cierre de alguna instalación aeroportuaria.
Iván Tejada, ingeniero aeronáutico