Darmstadt.- La sonda Rosetta se ha despertado. Alrededor de las 11 de la mañana, tal como estaba previsto, los responsables de la misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) enviaron una señal que reactivó el reloj del ordenador central de la sonda y puso fin a los casi dos años y medio de hibernación para favorecer el ahorro de combustible.
La sonda apunta su antena a la Tierra para enviar información, aunque los científicos no saben aún si funciona correctamente. El equipo de control en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en Darmstadt (Alemania), espera la señal que confirme el despertar de la sonda lo que se espera para dentro de unas horas.
En los próximos meses, Rosetta intentará interceptar el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, que se cree un prístino remanente del nacimiento del Sistema Solar. En agosto, la sonda llegará a las proximidades del cometa para cartografiarlo y encontrar el punto idóneo para el aterrizaje de Philae, el vehículo de unos 100 kilogramos que lleva consigo.
Desde el año 2004 la sonda se ha acercado tres veces a la Tierra y una a Marte para ganar velocidad e impulsarse hacia su objetivo. De camino estudió los asteroides Steins y Lutetia.
El ordenador de Rosetta estaba programado para realizar una secuencia automática de actuaciones para restablecer el contacto con la Tierra. Nada más despertarse empezó a calentar los sensores de estrellas del satélite, un proceso que tarda unas seis horas. A continuación encenderá brevemente sus motores para detener el movimiento de rotación y ajustará su orientación para garantizar que sus paneles solares siguen apuntando hacia el Sol.
En cuanto los sensores de estrellas estén listos, el satélite calculará con precisión su orientación y apuntará su antena de alta ganancia hacia la Tierra, encenderá su transmisor y enviará la señal que confirmará que se ha despertado.
En ese momento Rosetta se encontrará a unos 807 millones de kilómetros de la Tierra, lo que significa que la señal tardará unos 45 minutos en llegar hasta las estaciones de seguimiento. La primera oportunidad de recibir su señal será entre las 17:30 GMT y las 18:30 GMT.
Una serie de antenas de espacio profundo estará preparada para recibir la señal, relevándose a medida que gira la Tierra. La primera de la lista será la antena de 70 metros de diámetro de la NASA en Goldstone, California, seguida por la de Canberra al este de Australia y la antena de 35 metros de diámetro de la ESA en Nueva Norcia, al oeste de Australia.
Independientemente de qué antena sea la primera en recibir la señal, los datos se reenviarán de forma inmediata al ESOC, el Centro de Operaciones de la ESA en Darmstadt, Alemania.
A mediados de 2011 la sonda entró en modo de hibernación para ahorrar energía mientras se adentraba en el espacio profundo hasta la órbita de Júpiter. Antes de dormir se orientó de forma que sus paneles solares apuntasen siempre hacia el Sol y empezó a girar sobre sí misma una vez por minuto para mantener la estabilidad. Los únicos sistemas que quedaron encendidos fueron el ordenador de a bordo y varios calentadores.
Treinta y un meses más tarde, la órbita de Rosetta la ha traído de vuelta a ‘tan sólo’ 673 millones de kilómetros del Sol, una distancia a la que ya vuelve a recibir suficiente energía solar para alimentar a todos sus sistemas.