Washington.- La Estación Espacial Internacional (ISS) ha detectado un fallo en su sistema de refrigeración, según informó ayer la Nasa, aunque aseguró que los astronautas que la ocupan no están en peligro y no se requiere una evacuación.
"Muchos de los sistemas se han desconectado", informó uno de los ingenieros de la tripulación de la ISS en su Twitter. “Hay problemas con el amoníaco refrigerante”, agregó.
La situación no representa una emergencia, pero ha obligado a una reducción de las operaciones normales de la estación, que actualmente está ocupada por tres astronautas rusos, dos estadounidenses y un japonés.
El problema surgió en una de las dos bombas externas de refrigeración de la Iss, que ha registrado una temperatura anómala, según informó un portavoz de la Nasa.
Al parecer, la presión aumentó y la temperatura también ha empezado a subir. Los problemas del sistema de refrigeración pueden provocar que las temperaturas a bordo de la ISS resulten demasiado altas. Pero se insiste en que las vidas de los astronautas no están en peligro.
Según fuentes del sector aeroespacial, “los técnicos no consiguieron cerrar la válvula en el sector 'A' tras recibir el comando de la Tierra, por lo que este sector empezó a congelarse. Por lo tanto, los tripulantes tuvieron que activar los sistemas de refrigeración del segmento estadounidense en el sector 'B', pero no puede hacer frente a esta carga.
Así las cosas, los técnicos se vieron obligados a cerrar la mitad de los sistemas en el módulo japonés Kibo, el módulo europeo Columbus y el módulo estadounidense Harmony.
El exterior de la ISS experimentó el pasado mes de mayo una fuga de refrigerante que requirió que dos astronautas realizaran una salida para solventar el problema. No se sabe si la actual fuga está relacionada con la anterior.
La ISS, que celebra su decimoquinto aniversario esta semana, está equipada con cápsulas de escape que podrían devolver a los astronautas a la Tierra en caso de una emergencia. Los tripulantes de la ISS ocuparon estas cápsulas durante un incidente el año pasado, cuando se detectó que un fragmento de basura espacial se acercaba a la estación. Sin embargo, el objeto no llegó a colisionar con la estación, por lo que los astronautas no tuvieron que activar las cápsulas.