Madrid.- La Comisión Nacional de Competencia (CNC) se ha mostrado contraria a la privatización de Aena en bloque. «Lo importante es que un monopolio público no se transforme en uno privado y que los distintos gestores decidan autónomamente sobre las principales variables competitivas en la actividad de provisión de infraestructuras a aerolíneas y usuarios”.
Según fuentes del organismo, que recogía el pasado martes el diario Cinco Días, «no se percibe ningún interés en romper la gestión centralizada de los aeropuertos, que es ineficaz». En la CNC consideran que los objetivos de rentabilidad, sostenibilidad, eficiencia y colocación de los aeropuertos españoles a nivel internacional que emanan de los puntos contemplados en el Plan Nacional de Reformas ( PNR) «se conseguirían, en mayor medida, con la decidida introducción de competencia entre aeropuertos, permitiendo su gestión individualizada en beneficio de los diversos usuarios de los servicios».
En este sentido, en su apuesta por una gestión separada de los aeropuertos para que se produzca una competencia efectiva entre ellos, en Competencia matizan que la reciente decisión de cerrar horas de los aeropuertos realizada por Fomento, debería haberla tomado cada gestor y no desde el Ministerio, de forma centralizada, según recoge el mencionado rotativo.
En su apuesta por una gestión separada de los aeropuertos para que se produzca una competencia efectiva entre ellos, en la CNC matizan que la reciente decisión de cerrar horas de los aeropuertos realizada por Fomento, debería haberla tomado cada gestor y no desde el ministerio, de forma centralizada.
La CNC sugiere varias fórmulas para los planes futuros de Aena. Así, sugiere la posibilidad de separar los aeropuertos de la red en distintas redes territorialmente asimétricas, es decir, sin agrupar todos los aeropuertos de la misma esfera de influencia en una misma red. A juicio del organismo, las distintas redes deberían incluir aeropuertos de todo tipo de rentabilidad y localización para que los paquetes fuesen a la vez económicamente viables y configurasen una estructura de mercado que no condujese a monopolios regionales. Todo ello sin perjuicio de que la gestión de los aeródromos de mayor tamaño podría desgajarse de esas redes y asumirse individualmente. Según Competencia, «lo natural es que a ello se llegase tras la privatización total o parcial de tales aeropuertos o redes a distintos operadores competidores». Pero también señala que habría otro tipo de opciones como, por ejemplo, la concesión de los aeropuertos.
En relación con los precios de los servicios, pide que los gestores de dichos aeropuertos o redes deberían de tener un amplio margen de maniobra para decidir sus tasas de manera independiente con arreglo a sus estimaciones de demanda y sus costes. Como consecuencia, esto permitiría una mayor competencia en calidad para los usuarios, «al contender los distintos aeropuertos por atraer clientela, tanto aerolíneas como consumidores de los servicios de estas, sin subvenciones cruzadas ni públicas, las cuáles se han mostrado ineficientes e insostenibles».