Nueva York.- Los problemas de producción de Boeing con su 787 Dreamliner han llevado al constructor aeronáutico norteamericano a someter a pruebas de resistencia regulares a sus proveedores, una práctica que cobra relevancia ahora que se halla ante con una larga lista de pedidos de su modelo 737.
Según publicó ayer el periódico neoyorquino ‘The Wall Street Journal’, Boeing proyecta producir un 60% más en los próximos tres años, unos 300 aviones más al año. Tras conseguir una serie de grandes pedidos, tiene pendiente la producción de 3.500 aviones comerciales valorados en más de 270.000 millones de dólares.
Las pruebas integrales de la compañía son clave en el intento por emprender uno de sus mayores aumentos de producción en varios años. En Vaupell Holdings Inc., uno de los 1.200 proveedores ahora sujetos a exámenes exhaustivos de sus materiales de producción, horarios, finanzas e incluso herramientas, el régimen de pruebas de Boeing motivó al proveedor de 60 años de antigüedad a hacer cambios como reemplazar el software de administración de su fábrica.
Boeing ha incorporado a su plantilla de inspectores de proveedores unos 200 ingenieros y otros especialistas en cadena de suministro en los últimos 18 meses. Sus equipos ahora visitan a los proveedores con mayor frecuencia y realizan evaluaciones más exhaustivas que pueden tardar días en ser completadas.
Según el periódico, también su competidor europeo, Airbus, pretende lograr un récord de producción ante la creciente demanda de las aerolíneas por aviones de consumo más eficiente de combustible y la expansión del tráfico aéreo en Asia, Medio Oriente y áfrica occidental. La filial de EADS está a punto de contratar un total de 70 especialistas que inspeccionen el trabajo de los proveedores.