Los ministros de Defensa de Alemania, Francia y España se reunirán en octubre para reactivar el proyecto del Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), anunció el jueves el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, tras su reunión con su homóloga española, Margarita Robles.
Como informó este diario el pasado miércoles citando a la agencia Reuters, la industria francesa está bloqueando el ingreso a la siguiente fase de desarrollo del FCAS -proyecto en el que, además de Francia, participan Alemania y España-, al exigir el liderazgo exclusivo del proyecto, según el Ministerio de Defensa alemán.
Al margen de la Reunión Ministerial de Defensa de la OTAN de este martes, el ministro alemán se reunió con su homóloga española, que acudió acompañada de la secretaria de Estado, Amparo Valcarce. Robles manifestó a Pistorius la decisión de España de seguir adelante unidos los tres países en el desarrollo del futuro avión de combate europeo.
El proyecto FCAS, con un coste estimado de más de 100.000 millones de euros, ha estado plagado de retrasos y disputas internas sobre la distribución del trabajo y los derechos de propiedad intelectual entre Francia y Alemania, así como entre sus respectivas industrias nacionales.
Dassault Aviation, Airbus e Indra participan en el plan para empezar a reemplazar los Rafale franceses y los Eurofighter alemanes y españoles por un caza de sexta generación a partir de 2040. Sin embargo, Berlín y París mantienen diferencias sobre la composición del consorcio. Francia ha comunicado a Alemania su deseo de asumir alrededor del 80% de la carga de trabajo en el FCAS, según una fuente de la industria de defensa citada por Reuters en el pasado mes de julio.
Tras la reunión de los ministros, el Gobierno español manifestó que España, como socio fiable y responsable, no solo da respuesta a las necesidades de la Alianza con la aportación de efectivos a las misiones de la OTAN, sino que cumple con el compromiso adquirido de alcanzar el 2% del PIB en inversiones del ámbito de Defensa; inversiones que permiten mejorar las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas y, a su vez, avanzar en desarrollo tecnológico de carácter dual asociado a la creación de empleo de alta cualificación y calidad, que refuerzan el potencial de la industria de defensa nacional.
Ello es posible gracias al Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, que cuenta con una inversión inicial de 10.471 millones de euros, en 2025.