Mientras la nave espacial Orion de la Nasa transporte tripulación alrededor de la Luna en la misión Artemisa II, un equipo de ingenieros expertos en el Centro de Control de Misión del Johnson Space Center, en Houston, supervisará minuciosamente cada fase del trayecto. Este equipo operará desde un nuevo espacio en el complejo de control: la Orion Mission Evaluation Room (MER), diseñada para respaldar la operación de la nave y garantizar la seguridad de la misión.
La creación de esta instalación responde a la relevancia crítica de Artemisa II, que marca el primer vuelo tripulado del programa Artemisa y un paso fundamental para que la Nasa devuelva a la humanidad a la Luna y, a largo plazo, prepare el aterrizaje de astronautas en Marte.
En el interior de la Mission Evaluation Room, decenas de ingenieros monitorizarán el comportamiento de Orion y recopilarán datos durante el vuelo. Paralelamente, el equipo de control de vuelo ubicado en la White Flight Control Room será el encargado de operar la nave y enviar comandos. Ambos grupos trabajarán de forma coordinada, ya que la sala de evaluación aportará la experiencia técnica necesaria para resolver comportamientos imprevistos y analizar el rendimiento del vehículo en tiempo real.
El equipo de la MER está compuesto por profesionales de Nasa, Lockheed Martin, ESA y Airbus, con un conocimiento profundo de los subsistemas y funciones de Orion. Estos perfiles se distribuyen en 24 consolas, habitualmente ocupadas por dos ingenieros especializados por disciplina, aunque en fases críticas o con objetivos de prueba específicos, la dotación puede ampliarse con personal adicional.
“El equipo de operaciones pilota la nave, pero depende de la capacidad de apoyo técnico de la Mission Evaluation Room, integrada por expertos de Nasa, la industria y el equipo internacional que diseñó, construyó y probó la nave”, asegura Trey Perryman, responsable de Orion Mission and Integration Systems en NASA Johnson.
Coordinación y soporte continuo
Perryman dirige esta nueva sala junto a Jen Madsen, subdirectora de Aviónica, Potencia y Software de Orion. Con la presencia de tripulación a bordo, la misión pondrá a prueba más sistemas que en vuelos anteriores, lo que exige un nivel superior de supervisión. Para dar respuesta a estas necesidades, la Nasa inauguró oficialmente la sala el pasado 15 de agosto, en una ubicación integrada dentro del centro de control.
La MER trabajará en tres turnos diarios desde unas 48 horas antes del lanzamiento y durante toda la misión, que se prevé de unos 10 días. El seguimiento no concluirá hasta que la nave quede asegurada a bordo del buque de la Marina estadounidense tras el amerizaje.
Otra función clave será la gestión y análisis del volumen masivo de datos que generará Orion durante el vuelo. Estos datos serán comparados con los valores esperados para evaluar el comportamiento de la nave. Aunque parte del análisis se realizará en tiempo real, se llevará a cabo un examen más exhaustivo una vez finalizada la misión.
“La recopilación de datos es sumamente importante. Analizaremos todo lo que obtengamos y lo compararemos con lo previsto. Mientras mucho de esto ocurre durante el vuelo, el análisis profundo llegará después”, explica Perryman.
Si se producen situaciones no planificadas, la MER cuenta con múltiples capas de soporte, que incluyen equipos de otros centros de Nasa, el laboratorio de pruebas integradas de Lockheed Martin y el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial de la ESA, entre otros.
Para Madsen, este nuevo espacio representa la culminación de años de trabajo asegurando que “ha sido increíble haber participado en el diseño y construcción de Orion desde el principio, y ahora ver cómo todo ese esfuerzo se materializa en la nueva Mission Evaluation Room”.
Artemisa II enviará a los astronautas Reid Wiseman, Victor Glover y Christina Koch, de la Nasa, junto a Jeremy Hansen, de la Agencia Espacial Canadiense (CSA), en un vuelo alrededor de la Luna que culminará con su regreso seguro a la Tierra. Esta será la primera misión tripulada del programa Artemisa y sentará las bases para el regreso de astronautas a la superficie lunar, así como para futuras misiones humanas a Marte, en colaboración con socios comerciales e internacionales.