El avión X-66 de la Nasa, pieza central de su proyecto Demostrador de Vuelo Sostenible, toma en serio el término “sostenible” al reutilizar una vieja cabina del MD-90 como base para su nuevo simulador X-66.
Cuando los aviones se retiran, suelen acabar en “cementerios”, campos de almacenamiento donde pasan años siendo seleccionados en busca de piezas por fabricantes, investigadores, ingenieros y diseñadores. Allí es donde el equipo del X-66 encontró su nueva cabina de simulador, antes de enviarla al Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la Nasa en Edwards, California.
El proyecto catalogará, limpiará y desmontará la cabina del MD-90 para utilizarla en el simulador. Aquí es donde interviene la División de Ingeniería de Simulación de Nasa Armstrong. El equipo desarrolla simuladores de ingeniería de alta fidelidad que permiten a los pilotos e ingenieros ejecutar escenarios de la vida real en un entorno seguro.
Al igual que con cualquier avión X, un simulador permite a los investigadores probar elementos desconocidos sin poner en riesgo la seguridad del piloto ni la integridad estructural de la aeronave. Un simulador también ofrece al equipo la posibilidad de resolver los desafíos de diseño durante la construcción de la aeronave, lo que garantiza que el producto final sea lo más eficiente posible.
Para ensamblar el X-66, el equipo del proyecto utilizará la estructura de otro MD-90, acortándola, instalando nuevos motores y reemplazando los conjuntos de alas con un diseño de alas reforzadas con armadura.
El proyecto Sustainable Flight Demonstrator es un esfuerzo de la Nasa por desarrollar fuselajes más eficientes a medida que el país avanza hacia una aviación sostenible. Además del diseño revolucionario de las alas del X-66, el equipo del proyecto trabajará con la industria, el mundo académico y otras organizaciones gubernamentales para identificar, seleccionar y desarrollar tecnologías de fuselajes sostenibles.
El proyecto busca dar forma a la próxima generación de aviones de pasillo único, el caballo de batalla de las flotas de aviación comercial en todo el mundo. Boeing y la Nasa se han asociado para desarrollar el avión de demostración experimental.