El pasado viernes, la compañía aeroespacial norteamericana SpaceX lanzó una doble misión espacial. Primero lanzó al espacio a bordo de un Falcon 9 un total de 51 satélites de su constelación Starlink y horas después otro Falcon 9 lanzó la misión Inmarsat I-6 F2.
El lanzamiento de satélites Starlink a la órbita terrestre baja se efectuó desde el Space Launch Complex 4 East (SLC-4E) en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, California. Fue el noveno lanzamiento y aterrizaje de este propulsor de primera etapa Falcon 9, que anteriormente lanzó Sentinel-6 Michael Freilich, DART y luego hasta siete misiones Starlink.
El lanzamiento de la misión Inmarsat I-6 F2 se efectuó desde el Space Launch Complex 40 (SLC-40) en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida. El I-6 F2 se separó con éxito de la segunda etapa del Falcon 9 y comenzó el largo viaje hacia la órbita geoestacionaria, a 36.000 km sobre la Tierra. Este fue el tercer lanzamiento y aterrizaje de este propulsor de primera etapa Falcon 9, que anteriormente apoyó el lanzamiento de Crew-5 y GPS III Space Vehicle 06.
I-6 F2 sigue a su ‘gemelo’, I-6 F1, que se lanzó desde Japón a finales de 2021. Son los satélites de comunicaciones comerciales más sofisticados de la historia y proporcionarán una actualización revolucionaria en los servicios de cobertura global de Inmarsat durante al menos los próximos 15 años. Está previsto que I-6 F1 conecte a sus primeros clientes a finales de este año.
Los nuevos satélites I-6 añaden capacidades adicionales a la red de comunicaciones ORCHESTRA de Inmarsat; una red de malla única, global, multidimensional y dinámica que redefinirá la conectividad a escala con la mayor capacidad de movilidad en todo el mundo. ORCHESTRA permite a los socios y clientes de Inmarsat seguir el ritmo de sus crecientes demandas de datos y les permite potenciar las tecnologías emergentes en el futuro, como vehículos autónomos o taxis voladores.