Massachusetts.– Los profesores Qigi Wang y Rui Hu, del departamento de Aeronáutica y Astronáutica del Massachusetts Institute Technology (MIT), y su colega Antony Jameson, profesor de Ingeniería en la Universidad de Stanford, han diseñado la maqueta de un avión supersónico inspirado en los trabajos del ingeniero alemán Adolf Buseman hace 60 años.
Durante 27 años, el Concorde suministró a sus pasajeros un lujo poco común: ahorrar tiempo. Por un alto precio en sus billetes, el elegante avión supersónico transportó a los viajeros de Nueva York a París en tan solo tres horas y media, justo lo que lleva una siesta y tomar el aperitivo. Con los años, lo caro de los billetes, los altos precios del combustible, el espacio limitado y el ruido redujeron el interés y la venta de billetes. El 26 de noviembre de 2003, el Concorde, y con él los vuelos supersónicos comerciales, fue retiradlo del servicio.
Desde entonces, varios grupos de ingenieros han estado trabajando en el diseño de una nueva generación de aviones supersónicos. Ahora el equipo de investigadores del MIT han dado con una idea que creen que puede resolver los problemas que acabaron con el Concorde. Qigi Wang dice que la solución, en principio, es simple: en lugar de volar con las alas en un mismo plano, por qué no en dos.
Wang y sus colegas Rui Hu y Jameson han demostrado a través de un modelo diseñado por ordenador que un biplano modificado puede, en efecto, producir mucha menos resistencia al aire que un avión convencional de ala en un solo plano a una velocidad de crucero supersónico. El grupo publicará sus resultados en el “Journal of Aircraft”. Su proyecto y su maqueta podrian ser presentados en el salón aeronáutico de Farnborough, en Gran Bretaña, que se celebrará del 9 al 15 del próximo mes de julio. Un competidor al proyecto de avión supersónico Aerion SBJ, y el Zehst, monoplano de EADS que presentó el año pasado en el Salón de Le Bourget.
Su idea consiste en dos alas superpuestas colocadas bajo el fuselaje, muy delgadas, unidas por sus extremos, formando un rombo. El biplano produciría mucha menos resistencia al aire que un monoplano convencional a velocidades supersónicas y así consumiría menos combustible.
El siguiente paso sería diseñar un modelo en 3D para tener en cuenta todos los factores que afectan al futuro vuelo supersónico de su nuevo volante. Inspirado en gran medida por el ingeniero alemán Buseman, inventor del biplano en los años 50 del pasado siglo, los investigadores morteamericanos podrían coincidir con su idea de la doble ala.