Madrid.- Trabajadores del INTA recelan de la eficacia del Plan Estratégico de la Dirección, máxime cuando está en estudio la pervivencia del Instituto como tal y se encuentra pendiente la posible sustitución de su director general, según manifestaron a este diario.
En una nota informativa facilitada a los trabajadores del INTA el pasado día 22 por su actual director, Jaime Denis, éste expone que “durante el ejercicio de 2011, el INTA llevó a cabo un riguroso proceso de reflexión, fruto del cual identificamos veintiún objetivos estratégicos para el periodo 2012-2016, distribuidos en cinco ejes prioritarios de actuación”.
“Es evidente -añade el director general- que la aplicación del Plan Estratégico del INTA deberá -por razones de elemental prudencia organizacional (sic)- aplazar su aplicación unos meses hasta conocer dos elementos esenciales:
– Determinar si la reflexión estratégica debe o no ampliarse para incorporar otros ámbitos de la investigación, desarrollo, innovación y prestación de servicios tecnológicos del Ministerio de Defensa.
– Fijar con razonable certeza el escenario presupuestario para el ejercicio 2012 y siguientes”.
“Con relación al Plan de Actividades del año 2012, es claro que tendremos que adoptar una posición de prudencia, priorizando las actividades que conforman el núcleo esencial de competencias de Instituto y realizando cuantos ajustes sean necesarios para ceñirnos -con el menor impacto posible- a un marco presupuestario extremadamente austero”, concluye en su nota el director general.
Según manifestaron a Actualidad Aeroespacial algunos trabajadores del INTA, parece que se confunden los planes: “un plan estratégico es cuando menos a diez años y viene de arriba a abajo. Los que son a cuatro años son los planes de actividades, resultado de la estrategia y la coyuntura”.
“Ya el que fuera director general del INTA, Enrique Trillas, hizo un análisis algo similar a comienzos de los años 90; para ello trajo especialistas nacionales e internacionales que estuvieron varios días por el INTA en grupos y al final emitieron un informe, que debió pasar a un cajón”, dicen nuestros informadores.
“A finales de esa misma década, otro director general, Emilio Varela, contrató otro estudio a tres o cuatro catedráticos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica (ETSIA) que estuvieron preguntando al personal el INTA y al final su informe terminó en el mismo sitio que el anterior”.
Ahora, el estudio, según nuestras fuentes, ha sido encomendado y contratado a una fundación dependiente del CSIC, que también ha ido preguntando por el INTA. Los trabajadores del Instituto se preguntan si el nuevo informe no irá a parar al mismo cajón que los anteriores y por qué no se hacen públicos al mismo tiempo todos ellos.