Valencia.- Después de abandonar la semana pasada el aeropuerto de Badajoz, la compañía aérea Air Nostrum, filial de Iberia, acaba de anunciar un jaque a media docena de aeropuertos en los que opera para antes del verano.
“Habrá más cierres de aeropuertos”, anunció a finales de la pasada semana Carlos Bertomeu, consejero delegado de la compañía con sede hasta ahora en Valencia. La aerolínea ha sufrido pérdidas por diez millones el pasado año y prepara un plan de ajuste «austero» a nivel global con importantes repercusiones sobre sus líneas.
«La disminución supondrá el abandono de la mayor parte de las rutas en pérdidas y la parada de 15 aviones de 50 plazas», explica la compañía en una nota. En la próxima temporada de verano, que arranca el 25 de marzo, Air Nostrum operará 42 aviones en vez de los 57 actuales.
El plan puede dejar sin vuelos a los aeropuertos de Salamanca, San Sebastián, Pamplona, Burgos, León y Logroño, donde solo opera Air Nostrum. El programa está «muy avanzado», según explicó Bertomeu, que no concretó las rutas que se verán afectadas, aunque anunció que el plan lo ultimarán en los próximos meses.
Pero estos seis aeropuertos abocados al cierre por las pérdidas económicas de la única compañía que opera hasta ahora en los mismos, no son sino la cuarta parte de las que, según las autoridades aeronáuticas del anterior Gobierno socialista y del propio PP ahora responsable del Ministerio de Fomento, deberían ser cerradas por falta de rentabilidad y de pasajeros.
“En España, para que un aeródromo sea rentable debe superar la cifra de tráfico de 2,5 millones de pasajeros al año, según el umbral de rentabilidad que maneja la propia Aena. La sorpresa es que 32 de los 47 aeropuertos públicos que existen no superan ese umbral. Es más, el año pasado, 22 aeropuertos redujeron su nivel de tráfico”, publicó el diario “El Mundo» el pasado sábado.
“No tiene sentido invertir en aeropuertos que están cerrados. No tiene ningún sentido. Por lo tanto, ya lo hemos dicho muchas veces. Nosotros creemos que el “brake even” de un aeropuerto se puede conseguir a partir de 1.000.000 o 1.500.000 de pasajeros al año y, por lo tanto nosotros tendremos que darnos cuenta de que no hay más opción que aeropuertos rentables”, indicó el pasado verano a Actualidad Aeroespacial el portavoz del PP en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, Andrés Ayala.
Y añadió: “De la misma manera que no es razonable que se estén invirtiendo cantidades ingentes de dinero sólo por la razón de que el aeropuerto es el sitio de nacimiento del presidente del Gobierno. Eso es una barbaridad. Ejemplos como el aeropuerto de León, el aeropuerto de Ciudad Real, el de Lérida, el de Huesca… son ejemplos que no se pueden sostener y, por tanto, ésas son instalaciones que en ningún caso pueden dar lugar a justificar no solo la inversión, sino incluso la explotación y por lo tanto, habrá que revisarlo”.
Descontados los aeropuertos de los Archipiélagos, por razones obvias, y fijándonos solo en el umbral de rentabilidad fijado por el PP, de los 47 aeropuertos de la red de Aena tendrían que cerrar 24, como mínimo, que según los datos oficiales de la propia gestora pública aeroportuaria correspondientes al año 2010 no registraron el millón o millón y medio de pasajeros en dicho año y se estima que en 2011, aun ha sido menor el volumen de tráfico registrado.