Francfort.- La compañía aérea alemana Lufthansa realizará mañana el primer vuelo regular transatlántico a EE UU. Un Boeing 747-400, que transportará alrededor de 40 toneladas de una mezcla de combustible biosintético, volará desde Francfort a Washington.
Será el punto culminante de la prueba de biocombustible de Lufthansa. Sólo con este vuelo, la aerolínea espera reducir las emisiones de CO2 en 38 toneladas, el equivalente a las emisiones de CO2 de seis vuelos regulares entre Frankfurt y Berlín.
Después de seis meses de prueba con combustible biosintético, Lufthansa anunció sus primeros resultados positivos. En total se han realizado 1.187 vuelos con biocombustible entre Hamburgo y Francfort. De acuerdo con los cálculos iniciales, las emisiones de CO2 se han reducido en 1.471 toneladas. El consumo total de la mezcla de bioqueroseno ascendió a 1.556 toneladas.
“Nuestro proyecto burnFAIR ha transcurrido sin problemas y estamos completamente satisfechos. Como esperábamos, se ha probado la eficacia del biocombustible en los vuelos diarios”, confirmó Joachim Buse, vicepresidente de biocombustible de aviación de Lufthansa.
La industria de la aviación ha asumido un importante compromiso en términos de protección del clima y se ha fijado objetivos ambiciosos. De acuerdo con el objetivo de IATA para toda la industria, las compañías aéreas deben reducir sus emisiones netas de CO2 en un 50 por ciento en el año 2050, en comparación con 2005. “Si queremos proteger nuestro clima y, por tanto, nuestro futuro de una manera sostenible, necesitamos ideas y tecnologías innovadoras y una alternativa ecológica a los combustibles fósiles –especialmente en vista de la creciente demanda de movilidad en todo el mundo”, dijo Cristoh Franz, Presidente del Consejo Ejecutivo de Deutsche Lufthansa AG.
El queroseno biosintético es tan fiable como el convencional pero los efectos medioambientales son más positivos. Gracias a la mayor densidad energética del biocombustible, ha sido posible reducir el consumo de combustible en más de un uno por ciento. Además, el queroseno biosintético no contiene azufre ni compuestos aromáticos.
El principio tras el biocombustible es simple y está basado en el ciclo del carbono. Las plantas retiran CO2 de la atmósfera a través de la fotosíntesis. Cuando los motores de los aviones queman biocombustible, este CO2 es devuelto a la atmósfera. El biocombustible emite un 50 por ciento menos de CO2 que los combustibles fósiles convencionales.