Washington.- Estados Unidos y Arabia Saudí han firmado un contrato de suministro de 84 aviones de combate F-15SA y la modernización de otros 70 F-15 a la Fuerza Aérea Real Saudita, según anunció un portavoz del presidente norteamericano Barack Obama, desde Hawai, donde éste pasa sus vacaciones de fin de año.
El contrato supone un importe de 29.400 millones de dólares. El portavoz norteamericano resaltó las consecuencias positivas del acuerdo para la economía estadounidense, que supone la creación de 50.000 puestos de trabajo permanentes en Estados Unidos.
Según el comunicado, “este acuerdo refuerza las sólidas relaciones y de larga data entre Estados Unidos y Arabia Saudita, y demuestra el compromiso de Estados Unidos con las fuertes capacidades de defensa de Arabia Saudita, un componente importante de la seguridad regional”.
El contrato “incrementará la capacidad disuasoria y de defensa de Arabia Saudita contra amenazas externas a su soberanía”, dijo Andrew Shapiro, alto funcionario del departamento de Estado. Coincidencia o no, este anuncio se produce en momentos en que la tensión es muy fuerte entre Irán, rival regional en la producción petrolera de Arabia Saudita, y Estados Unidos, desde hace mucho tiempo aliados de Riad, uno de sus principales proveedores de crudo.
Teherán aludió en los últimos días a su capacidad de cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde transita entre un tercio y 40% del comercio petrolero mundial -aunque lo consideraba “innecesario”- en caso de nuevas sanciones internacionales contra su controvertido programa nuclear, una decisión que podría exponer a la República islámica a una reacción militar de Estados Unidos.