Seattle.- Al norteamericano co-fundador de Microsoft, Paul Allen, como antes a otros millonarios, también le ha picado la curiosidad por explorar el espacio y ha creado la empresa Stratolaunch Systems, que acaba de presentar el proyecto FlipStart, una especie de agencia de vuelos espaciales de carácter privado.
Ya lo intentaron el dueño de Virgin, Richard Branson, con su Virgin Galactic; Elon Musk, fundador de PayPal, con su Spacex; y Jef Bezos, de Amazon, con el Blue Origin. Ahora es el turno de Allen. Precisamente con Musk y el diseñador aeroespacial Buró Rutan, creador del SpaceShip, se ha lanzado a la aventura aeroespacial del Stratolaunch.
Se trata de desarrollar la aeronave mayor del mundo con una envergadura equivalente a dos Boeing 747 -es decir, unos 115 metros-, convertido en una plataforma voladora de lanzamiento de un cohete de alrededor de 36 metros de largo, capaz de trasladar a turistas espaciales.
Los vuelos de prueba están proyectados para 2015 y varios ingenieros procedentes de la Nasa se están sumando al proyecto como parte activa del desarrollo. Ya han instalado su base en el puerto aeroespacial de Mojave, en California.
La empresa de Rutan construirá la aeronave que, según las previsiones, pesará unas 544 toneladas que serán movidas por seis motores como los utilizados por los B747 y que irán albergados en un ala recta con doble casco. Se estima que tendrá una autonomía de casi 2.500 kilómetros.
Según algunos medios, el cohete sería una versión del actual Falcon 9 con 37 metros de longitud, 223 toneladas de peso y cinco motores en su primera etapa, con capacidad de transportar a la órbita baja cargas de 6.100 kilos, aunque en una segunda etapa se podría llegar hasta las 10 toneladas de carga.