Ciudad Real.- Con el último vuelo de Vueling, la única compañía que operaba desde el aeropuerto de Ciudad Real, quedó el aeródromo manchego sin vuelos comerciales y ocupado por decenas de “indignados” que protagonizaron una sentada simbólica para mostrar su rechazo a la gestión llevada a cabo en esta infraestructura aeroportuaria.
Los integrantes de este movimiento tomaron el aeropuerto tras realizar una marcha de 15 kilómetros que les llevó desde el centro de la capital manchega hasta la terminal de embarque de pasajeros del aeropuerto.
Allí, los ‘indignados’ permanecieeron durante un tiempo proclamando algunos lemas entre los que se pudo escuchar «no hay aviones por tantos chorizos». De esta forma, quisieron denunciar el «fraude» que ha supuesto para la sociedad castellanomanchega la construcción de este aeropuerto privado, desde el que ha partido el último vuelo comercial operado por la compañía Vueling.
El aeródromo manchego, según anunciaron la pasada semana sus administradores concursales, permanecerá abierto para vuelos privados mientras el Juzgado de lo Mercantil de Ciudad Real, que lleva el concurso de acreedores en el que está inmersa esta infraestructura, autorice su cierre provisional por un año, tal y como han pedido.
La decisión de Vueling de dejar de volar desde el aeropuerto de Ciudad Real se produce coincidiendo con la finalización del contrato publicitario que firmó con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y por el que ha recibido 2,36 millones de euros.
Vueling, que comenzó a volar desde Ciudad Real a principios del mes de noviembre de 2010 con cuatro vuelos semanales que unían Ciudad Real con Barcelona y París, solo operaba en la actualidad con dos vuelos semanales que partían la ciudad manchega a Barcelona.
Desde que comenzó a funcionar el aeródromo en diciembre de 2008, el número de pasajeros nunca ha sido significativo, hasta tal punto que hasta el primer semestre de este año la cifra de viajeros que han pasado por el aeropuerto se eleva a poco más de 100.000 pasajeros. El aeropuerto, que cuenta con una pista de 4.000 metros y una terminal de pasajeros de 28.000 metros cuadrados con capacidad para cinco millones de viajeros, y una zona de carga para mover hasta 90.000 toneladas anuales, fue el primero internacional de carácter privado que se abrió en España.
En su concepción inicial, el aeródromo se diseñó para ofrecer un gran abanico de servicios que abarcaban desde la aviación comercial nacional e internacional, la aviación de carga e instalaciones exclusivas para la aviación privada y deportiva, servicio de mantenimiento de grandes aeronaves y una zona de estacionamiento para aeronaves de larga duración.
Según el último informe concursal elaborado por los administradores concursales, el valor actual del aeropuerto rondaría los 700 millones de euros.