Copenhague.- Kristian von Bengtson y Peter Madsen, dos aficionados daneses que han desarrollado el proyecto espacial “Copenhagen Suborbitals”, consiguieron por fin lanzar al espacio el pasado lunes el cohete experimental “Heat1x-Tycho Brahe” desde una plataforma flotante en un área militar del mar Báltico al este de Bornholm, en Dinamarca.
Ya lo habían intentado el pasado mes de agosto, pero entonces no lo consiguieron, al parecer, por un fallo técnico.
El “Heat1x-Tycho Brahe” apenas si es un tubo de unos 8 metros de largo equipado con un motor y un habitáculo para un futuro único pasajero que transporta. El proyecto, desarrollado por la agrupación “Copenhagen Suborbitals”, está financiado a través de donaciones de particulares aficionados al espacio y el patrocinio de de empresas privadas. En agosto pasado habían logrado recaudar a través de su web 47.943 euros de los 50.000 que necesitaban para completar los proyectos del año 2010.
El habitáculo del tripulante en esta ocasión iba ocupado por un muñeco de pruebas similar a los crash-dummy utilizados por la industria del automóvil en sus ensayos de colisiones y accidentes. Sus promotores, aunque reconocieron que el cohete no llegó a alcanzar la altura de miles de metros prevista, se daban por satisfechos por lograr que el cohete se elevara de la base de lanzamiento.
Bengtson y Madsen tienen dicho que “a diferencia del transbordador espacial, nuestro cohete no se va a mover a velocidades orbitales, por lo que la posibilidad de sufrir sus tripulantes una muerte horrible quemándose al reentrar tiene una muy baja probabilidad de ocurrir”. Tenían previsto que al comenzar el descenso, el cohete activara una baliza GPS que posibilitase a los ingenieros de Copenhagen Suborbitals rastrear y ubicar el cohete, para poder recuperar la información generada por los sensores colocados en el muñeco. Calculan que si todo sale conforme a lo previsto, entre 4 y 10 años conseguirán realizar los primeros vuelos tripulados.