Madrid.- Un mes de operaciones de la coalición internacional en la zona de exclusión aérea en Libia cuesta 353 millones de euros, según el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias (CSBA), con sede en Washington. Los aliados creen que la campaña durará tres meses por los menos.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero, sin precisar tiempo de duración -aunque solicitó autorización al Congreso para un mes-, estimó en 10 millones de euros el coste del despliegue aéreo español en la operación internacional en Libia.
Las fuerzas aliadas extenderán desde Bengasi hasta Trípoli la zona de exclusión aérea acordada por la ONU para proteger a la población civil, según informó el pasado fin de semana Euronews. Las zonas de exclusión aérea, establecidas en el pasado por estadounidenses, británicos, franceses, y también por la OTAN, dan una idea de a cuánto se puede elevar la factura actual.
Decenas de cazabombarderos hacen cientos de idas y vueltas desde sus bases al cielo de Libia, munición, carburante, pilotos. El precio de establecer y vigilar la zona de exclusión aérea sobre Libia dependerá de la duración de la campaña aérea, pero los expertos hacen ya sus cálculos.
Por ejemplo, la establecida sobre Kosovo de marzo a junio de 1999, costó 1.300 millones de euros. Las dos zonas de exclusión aérea sobre el norte y el sur de Irak entre 1991 y 2003 costaron una media anual de entre 500 y 700 millones de euros.
Para establecer la zona de exclusión, hay que aniquilar la defensa anti-aérea en el suelo. El armamento de aire a tierra modular utilizado por los franceses cuesta entre 300.000 y 350.000 euros. Además, una hora de vuelo de un Rafale, sin contar el combustible, se eleva a 10.000 o 13.000 euros y la hora de vuelo del Mirage entre 10.000 y 11.000 euros.
La hora de vuelo de un bombardero invisible B-2 cuesta 7.000 euros. Este avión norteamericano, con base en Missouti, debe efectuar 25 horas de vuelo para lanzar sus bombas sobre Libia. Reposta en vuelo y consume un carburante especial muy caro.
El pasado sábado, día 19, cuatro cazabombarderos F-18 del Ala 12 del Ejército del Aire, despegaron desde su base en el aeródromo de Torrejón de Ardoz (Madrid) hasta la base italiana de Decimomannu, situada en el extremo sur de la isla de Cerdeña (Italia). Allí se unieron a otros medios aéreos enviados por otros países aliados para participar en la guerra de Libia.
La mañana del pasado lunes, dos de esos cazas realizaron su primera misión de patrulla aérea sobre el espacio aéreo libio. Desde entonces, los F18 del Ala 12 han cumplido a diario con sus misiones para garantizar una zona de exclusión aérea en el país norteafricano.