Brasilia.- Documentos secretos norteamericanos, difundidos ahora por Wikileaks, revelan que la diplomacia de ese país recomendó un plan para descalificar a los aviones de guerra franceses e inducir al presidente brasileño Luiz Lula da Silva a comprar los estadounidenses F18.
Según uno de los cables diplomáticos ahora conocidos, se debía “atacar la propuesta francesa” por los cazas Rafale y “convencer a Lula” a inclinarse por los F18 Super Hornet americanos. El informe define como un “formidable obstáculo” la preferencia demostrada públicamente por Lula a favor de los aviones fabricados por la empresa francesa Dassault.
En otro documento secreto, funcionarios estadounidenses consideran recomendable que el ministro de Defensa, Nelson Jobim, sea quien convenza a Lula de optar por los F18 fabricados por la compañía Boeing. Jobim es considerado uno de los líderes brasileños más “fiables” en contraste con las críticas a la posición “antinorteamericana” demostrada por la Cancillería, según los cables de la Embajada en Brasilia.
La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) habría apoyado la elección del caza estadounidense, que compite por un multimillonario contrato de compra, según un cable diplomático divulgado por la organización Wikileaks. «No existe duda, de que desde el punto de vista técnico, el F-18 es el mejor avión», habría señalado el comandante de la FAB, Juniti Saito, al entonces embajador estadounidense en Brasilia, Clifford Sobel, en un documento transmitido el 31 de julio de 2009. «Y sabemos que es fiable y que su mantenimiento es simple y ofrece un buen costo/beneficio», añadió.
El constructor aeronáutico estadounidense Boeing y su caza F/A-18 Super Hornet compiten con el Rafale de la francesa Dassault y el Gripen NG de la sueca Saab por un contrato de varios miles de millones de dólares que Brasil licitó para adquirir 36 aviones cazas. El Rafale fue descrito como favorito por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, ya que Dassault se comprometió a una transferencia de tecnología a Brasil junto con el contrato de compra.
No obstante, el presidente brasileño saliente ha anunciado que será su sucesora, Dilma Rousseff, quien escoja el modelo de aviones de combate para la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). “Yo podría firmar y hacer un acuerdo con Francia, pero no lo voy a hacer” declaró Lula da Silva en una entrevista concedida la TV nacional brasileña.
Por su parte, la presidenta electa ha mantenido recientemente una larga reunión con el ministro de Defensa, Nelson Jobim, quien al parecer será confirmado en el cargo en el futuro gobierno, a la espera de conocer la opinión del Consejo Nacional de Defensa, organismo integrado por varios ministros y representantes de las Fuerzas Armadas.