Ginebra.- La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha dictaminado que las ayudas concedidas por la UE al constructor aeronáutico europeo Airbus son ilegales y deben ser devueltas.
La OMC hizo público ayer el informe de 1.200 páginas del Grupo Especial más 6 anexos en la disputa relativa a Airbus que había examinado la reclamación presentada por los EE UU en relación con el asunto “Comunidades Europeas y determinados Estados miembros: Medidas que afectan al comercio de grandes aeronaves civiles”.
La OMC señala en su informe que las ayudas dadas para el modelo A380 por Francia, Alemania, Reino Unido y España son contrarias a las normas de la OMC, así como las recibidas de España y Francia para el lanzamiento del A340-500/600 y las recibidas de Alemania, Francia y España para el A330-340.
El órgano de Solución de Diferencias de la OMC ha tomado esta decisión como respuesta a la demanda interpuesta por Estados Unidos en 2004, por considerar que dichas ayudas perjudican al competidor de Airbus, el constructor aeronáutico estadounidense Boeing.
Conforme al dictamen de la OMC, las ayudas al lanzamiento para cada programa de Airbus se consideran ilegales y perjudiciales. Las ayudas al lanzamiento “prohibidas” del A380 deberán retirarse “sin dilación”. Se establece un principio legal: los programas de desarrollo aeronáutico deben financiarse con arreglo a términos comerciales. La financiación de los Gobiernos a programas de infraestructura e I+D de Airbus también se consideran ilegales.
Los países europeos afectados por esta decisión tienen derecho a apelar el dictamen del panel de expertos de la OMC. Disponen además de un periodo que «no debería superar los 90 días» para retirar los subsidios.
La OMC da la razón a EE UU en algunas de sus reclamaciones, entre las que se incluyen las relativas a ayudas al lanzamiento de varios modelos de aviones, concesiones para el desarrollo de infraestructuras, fondos para el desarrollo tecnológico y medidas financieras e inyecciones de capital de determinados países. Las medidas supusieron «un desplazamiento a las posibles importaciones» de productos de EE UU a diversos países, por lo que «constituyen un serio perjuicio» a sus intereses, de acuerdo con el informe.
Por contra, se rechazan algunas alegaciones presentadas por EE UU, como las ayudas al lanzamiento del A350 o determinados créditos concedidos al programa de desarrollo del A380. El órgano considera que tales ayudas «no afectaron de manera significativa al precio del producto en comparación con sus rivales de EEUU» -como es el caso de Boeing- ni «dañaron la industria doméstica estadounidense».
La Comisión Europea ha celebrado que la OMC considere que las ayudas a Airbus no han provocado pérdidas de puestos de trabajo en Estados Unidos ni beneficios a su industria aeronáutica, aunque ha mostrado su «decepción» por algunas alusiones a subvenciones ilegales.
En paralelo a este informe se espera que a mediados de julio el órgano de solución de disputas de la OMC emita una nota preliminar sobre la denuncia de la UE acerca de las ayudas recibidas por Boeing.
Para Airbus, “el 70% de las reclamaciones de EEUU han sido rechazadas y se ha probado que las denuncias son injustificadas. Este informe final debe entenderse en conjunción con el próximo informe provisional sobre las subvenciones concedidas en los EEUU a Boeing. Sólo entonces tendremos una imagen completa y equilibrada de este conflicto”.
Para su competidor norteamericano, Boeing, la decisión de la OMC “estima que una gran variedad de programas gubernamentales de financiación destinados al desarrollo de investigación e infraestructura de Airbus violan los acuerdos comerciales internacionales”.
“Es una decisión histórica y una victoria aplastante contra las ayudas al lanzamiento que han sustentado el crecimiento de Airbus y que continúan proporcionando a sus productos una gran ventaja en términos de coste”, dijo el presidente del Consejo, presidente ejecutivo y consejero delegado de Boeing, Jim McNerney. “La Oficina de Comercio en EE.UU. merece gran reconocimiento por la decisión de hoy. Ahora, nos unimos al gobierno de los Estados Unidos para exigir que se cumpla el dictamen y se restaure de forma permanente la competencia leal en nuestra industria”, añadió McNerney.