Washington.- La sonda Hayabusa de la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa, JAXA, aterrizó el pasado domingo en el desierto australiano de Woomera tras recorrer unos 4.000 millones de kilómetros durante una histórica odisea de siete años, trayendo muestras de un asteroide a la Tierra.
La cápsula, junto con su nave nodriza, visitó el asteroide cercano a la Tierra Itokawa, hace cinco años y ha acumulado unos dos mil millones de kilómetros desde su lanzamiento en mayo de 2003. Con el regreso de la cápsula Hayabusa, JAXA cierra una importante misión de exploración en la que los científicos e ingenieros de la Nasa están colaborando.
«Hayabusa es la primera misión espacial que ha mantenido contacto físico con un asteroide y ha regresado a la Tierra», comentó Tommy Thompson, responsable en la Nasa del proyecto Hayabusa. «La misión y su equipo se han enfrentado y han superado varios retos durante estos últimos siete años. Este viaje de ida y vuelta es un logro espacial significativo, uno del que la Nasa está orgullosa de formar parte».
La cápsula, de 17 kilos de peso, entró en la atmósfera tres horas después de que se desprendiera de la nave nodriza. Las imágenes de vídeo mostraron a la cápsula convertida en una incandescente bola de fuego que se precipitaba a una velocidad de unos 12.000 metros por segundo.
El regreso a la Tierra de Hayabusa fue dirigido por un equipo de expertos de la JAXA y de la Nasa con la información recibida a través de antenas ubicadas en el desierto de Mojave, en California, otra cerca de Madrid y la situada a las afueras de Camberra.