Cabo Cañaveral.- Un cohete Atlas no tripulado, con un pequeño transbordador espacial a bordo, despegó el pasado jueves de la base de la Fuerza Aérea norteamericana en Cabo Cañaveral, en un vuelo de prueba que podría durar hasta nueve meses.
Los detalles de la carga, los experimentos que realizará y las operaciones orbitales para las que ha sido lanzado el transbordador X-37B son secretos, lo que hace pensar en un posible uso militar.
La X-37B es la primera en la historia del programa espacial estadounidense que viaja alrededor de la órbita terrestre y que aterrizará de forma autónoma e independiente. Podrá traer desde el espacio experimentos listos para su inspección y análisis en Tierra. Pero se considera que el proyecto podría ser también el primer paso para una nave espacial militar operativa.
Con nueve metros de altura y cuatro y medio de ancho en la zona de las alas, la nave espacial, que es reutilizable, mide una cuarto parte del tamaño de un cohete y dispone de un gran motor en la sección trasera del aparato diseñado para cambiar de órbita. Mientras que los cohetes tradicionales utilizan un sistema de pila de combustible, el vehículo militar es propulsado por paneles solares y baterías de ion de litio.
El objetivo del proyecto, iniciado por la Nasa a fines de la década de 1990 y posteriormente adoptado por el Ejército, es probar la próxima generación de transbordadores espaciales, la única nave espacial operacional reutilizable del mundo. Entre sus metas está reducir el tiempo entre sus vuelos y recortar costes.
El X-37B no está hecho para transportar personas. El Ejército lo considera un vehículo para probar nuevos equipamientos, sensores y materiales en el espacio, con la idea de incorporarlos a satélites y otros sistemas operacionales y para reducir el tiempo de espera entre vuelos espaciales de meses a días.
Si el vuelo se desarrolla con éxito, la Fuerza Aérea norteamericana prevé lanzar un segundo vehículo en el 2011. Este segundo lanzamiento ha generado muchas especulaciones acerca de un posible rearme espacial.
«Para ser honestos, no sabemos cuándo va a volver», dijo esta semana a periodistas Gary Payton, segundo subsecretario de programas espaciales de la Fuerza Aérea. Y añadió que la nave podría permanecer en el espacio hasta nueve meses.
Construida por Boeing, la nave comenzó como un proyecto de la Nasa en 1999 y luego fue transferido a la Fuerza Aérea, que planea lanzar un segundo X-37B en 2011.