Madrid.- “Parece ser que la única finalidad de los visados radica en la financiación de los colegios profesionales”, dice Luis Berenguer, presidente de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) en una tribuna publicada ayer por el diario económico madrileño “Cinco Días”.
Bajo el título “Los visados profesionales”, Berenguer prevé “una campaña mediática que combina elementos de marketing, demagogia e inexactitud, así como una calculada porción de alarmismo, toda vez que las dos principales vías de financiación de los colegios profesionales, los visados y las cuotas colegiales, pueden dejar de percibirse coactivamente…Con innumerables presiones por parte de los colegios profesionales, especialmente los de Ingenieros y Arquitectos, se pretende que el desarrollo reglamentario deje en agua de borrajas los elementos positivos que introdujo la ley [ómnibus].
“Y hasta cierto punto resulta lógico -añade el articulista- que esos pocos (los dirigentes colegiales) que se benefician de la situación defiendan sus intereses, aunque sean contrarios a los de la mayoría de los profesionales, y por supuesto a los de la totalidad de los ciudadanos…Uno de estos privilegios son los visados profesionales. Nadie puede negar que los visados colegiales encarecen los servicios, añaden tiempo y trámites y, por ende, dificultan la actividad empresarial. Todas ellas son circunstancias que deben conducir a que su exigencia sólo se imponga cuando resulte absolutamente necesaria. En la mayoría de los casos, la exigencia del visado no resulta proporcionada a objetivos que redunden en la mejor calidad y precio de los servicios. O lo que resulta aun peor, parece ser que la única finalidad de los visados radica en la financiación de los colegios profesionales”.
“La ley señala que ha de existir una relación de causalidad directa entre el trabajo profesional y la afectación a la integridad física y seguridad de las personas, y debe acreditarse que el visado es el medio de control más proporcionado. El coste de estos visados preceptivos, por otra parte, será razonable, no abusivo ni discriminatorio”, apunta Berenguer.
“Se acercan aires renovadores para los colegios. De forma creciente se verán impelidos a competir en un mercado más transparente para prestar servicios y garantías con verdadero valor añadido a los consumidores. Y a abandonar un modelo obsoleto y opaco de financiación que permite a las élites colegiales mantener su status a costa de retraer ingresos de sus propios colegiados y encarecer los proyectos”, concluye el presidente de la CNC.