Valencia.- La Agencia Espacial Europea (ESA) ha elegido Valencia entre otras ciudadaes europeas para instalar un laboratorio de referencia internacional en el campo de las investigaciones de las telecomunicaciones espaciales.
La Generalitat, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de y el Ayuntamiento de la ciudad constituirán próximamente una entidad denominada Val Space Consortium que gestionará esta iniciativa. Mediante dicho acuerdo, la Generalitat aportará en los próximos cinco años cerca de 2 millones de euros, de los que 1,2 millones de euros se invertirán durante este ejercicio.
El laboratorio experimental se ubicará en las instalaciones de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universitat de València-Estudi General. La instalación estará plenamente operativa y a pleno rendimiento el próximo mes de julio y contará inicialmente con 25 científicos y tecnólogos. Además, se convertirá en un foco de atracción de científicos de todo el mundo que acudirán a Valencia a formarse y a desarrollar sus investigaciones.
La inversión total del proyecto asciende a más de 15 millones de euros en los próximos cinco años. Con esta instalación se estima que se crearán en un futuro 800 empleos de alta cualificación y que previsiblemente se instalarán cerca de 20 empresas de base tecnológica en el área espacial.
Con la llegada de este laboratorio, Valencia se suma a la lista de ciudades europeas de referencia de la ESA y de la I+D+i espacial mundial. En este sentido, la instalación será un primer embrión para el desarrollo de un centro espacial en Valencia, que albergará otras disciplinas directamente relacionadas con la investigación espacial.
El laboratorio de la ESA en Valencia tiene como objetivo estudiar “en tierra” el comportamiento frente a efectos adversos de alta potencia de los componentes que posteriormente integrarán los satélites, lo que resulta clave para conocer si son capaces de soportar condiciones adversas y extremas en el espacio.
Si algún componente falla en vuelo debido a efectos indeseados, se puede poner en riesgo toda (o parte) de la misión del satélite, por lo que los costes asociados a dichos fallos pueden ser muy elevados. Por ello, es necesario realizar una verificación experimental previa de los componentes críticos que pueden sufrir dichos efectos.
Así, este laboratorio, que hasta ahora tenía su sede en Noordwijk (Holanda), se centrará en el diseño y validación de circuitos de microondas para evitar averías por el manejo de alta potencia cuando los satélites son puestos en órbita.