Madrid.- Tras la ruptura con la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Fomento ha solicitado de las autoridades de Aviación Civil que adopten las medidas necesarias para asegurar el tráfico aéreo a partir del próximo 31 de marzo, fecha en que expira la prórroga del convenio colectivo del sector en plenas vacaciones de Semana Santa.
El ministro José Blanco hizo ayer un llamamiento desde Huelva a la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) para que proponga las «medidas» que considere necesarias para «garantizar de derecho de los ciudadanos a volar con total tranquilidad» durante Semana Santa después de la ruptura de las negociaciones con los controladores aéreos.
Otro tanto hizo el presidente de Aena, Juan Ignacio Lema Devesa, quien anunció ayer que se habían roto las negociaciones con los controladores porque éstos no tienen ningún interés en llegar a un acuerdo. Tras 65 reuniones y 10 propuestas dan por roto el acuerdo puesto que consideran inadmisible lo propuesto por el sindicato de controladores.
Por su parte, el sindicato de controladores aéreos ha acusado en su primera aparición pública a Aena de romper «unilateralmente y por sorpresa» la negociación.
Según Aena, algunas de las propuestas del sindicato consistían en subir la masa salarial hasta los 912 millones de euros, que supone un 70% más de la media de retribución del resto de Europa para el 2012. El presidente de Aena aseguró que la propuesta presentada hace unos quince días por los controladores aéreos es «inaceptable» ya que «no sólo reduce, sino que aumenta los costes».
Lema cree que «ha quedado patente el nulo interés del sindicato en alcanzar un acuerdo que garantice la sostebilidad del sistema de navegación aérea en España». Cree que su estrategia ha consistido, como en otras ocasiones, en alargar la tensión hasta el 31 de marzo para forzar un acuerdo a cualquier precio bajo la amenaza de colapsar el tráfico aéreo en Semana Santa.
El sindicato USCA ha recordado que no consentirá que Aena acuse a los controladores de los problemas en el tráfico aéreo que se puedan dar el próximo día 1 de abril -el 31 de marzo expira el acuerdo extraconvenio de ampliación de la jornada laboral que permite a Aena ir ajustando el número de controladores a las necesidades del tráfico aéreo- cuando, en su opinión, los posibles retrasos «serán únicamente responsabilidad» del gestor aeroportuario.
Aunque el principal sindicato afirma que no irá a la huelga, no descarta que haya problemas en Semana Santa porque Aena, -dicen-, no les falicita las necesidades de personal para estas fechas. Detrás de todo esto, José María García Gil, el presidente del principal sindicato de controladores, ve una «campaña política» de acoso y derribo. Este sindicato asegura haber recibido de forma anónima un documento -sin ningún membrete oficial- en el que se trazaría un plan para provocar un conflicto y luego regular la situación de los controladores.