Chicago.- Boeing estima en más de 1.000 millones de dólares el coste sólo der la ralentización de la producción del B737 MAX, dado que las entregas de su avión más vendido siguen congeladas, según ha sabido la agencia Reuters.
Esta estimación no incluye las potenciales indemnizaciones a las víctimas de los accidentes de las compañías Lion Air y Ethiopian Airlines y a las aerolíneas propietarias de los aviones B737 MAX inmovilizados desde hace más de tres meses.
El fabricante norteamericano cree que al menos hasta septiembre no habrá solucionado el último problema del 737 MAX descubierto por la Administración Federal de Aviación (FAA) norteamericana, lo que significa que el regreso al servicio de los aviones inmovilizados se retrasará hasta octubre, como muy pronto, un plazo significativamente más largo de lo que la mayoría de las aerolíneas habían esperado.
La mayoría de las aerolíneas han retirado el 737 MAX de su programación hasta principios de septiembre. Una vez que Boeing complete la actualización, la FAA deberá revisar la corrección y los resultados de un vuelo de prueba de certificación que no se programará hasta septiembre por lo menos, un proceso que llevará al menos dos o tres semanas. El nuevo calendario significa que no es probable que el avión vuelva a volar comercialmente hasta octubre como poco, lo que limplicará miles de cancelaciones de vuelos más.
La compañía Southwest Airlines ha dicho que necesitará 30 días después de que la FAA otorgue la aprobación antes de poder reanudar sus vuelos.
Boeing ha estado trabajando en una actualización para un sistema de prevención de paradas conocido como MCAS, cuando se creía que los pilotos habían perdido una batalla con un software que repetidamente presionaba el morro hacia abajo.
Un nuevo problema con el software del 737MAX surgió la semana pasada cuando los pilotos de prueba de la FAA revisaban los posibles escenarios de error del ordenador de control de vuelo en un simulador MAX.