París.- La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, junto a sus colegas francesa y alemana, Florence Parly y Ursula von der Leyen, firman este lunes en el marco de la celebración del Salón Aeronáutico de París un Memorándum de Entendimiento trinacional sobre el futuro caza europeo del siglo XXI (FCAS).
El proyecto, liderado por Francia y Alemania, aspira a ser el avión que sustituya, a partir de 2040, a los cazas europeos en servicio, como el Eurofighter y el Rafale. Una característica que diferencia este consorcio de otros programas aeronáuticos anteriores es la intención de diseñar y construir no solo un avión de combate, sino todo un sistema aeronáutico integrado que sea capaz de operar conjuntamente en cualquier escenario.
Francia y Alemania planeaban inicialmente que España tuviera un estatus de observador en el programa, pero el Gobierno español solicitó formalmente participar como socio de pleno derecho. El Ministerio de Defensa alemán acogió con satisfacción el interés de España y señaló que tenía sentido trabajar conjuntamente para que los futuros programas tuvieran una base sólida. España también fue socio en el anterior programa Eurofighter.
La ministra Margarita Robles solicitó formalmente a primeros del pasado mes de diciembre la participación de España como socia en el programa, lo que también requerirá ciertos desembolsos financieros. El Gobierno dijo entonces que el coste de ser socio del Sistema de Armas de Nueva Generación (NGWS) se estimaba en unos 25 millones de euros para los dos próximos años.
El pasado mes de febrero, la ministra Robles, con ocasión de la reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, firmó con sus colegas francesa y alemana la Carta de Intenciones por la que España se incorporaba al FCAS.
“España se incorpora en igualdad de condiciones al proyecto del futuro avión de combate”, dijo entonces la ministra española, lo que va a dar una visibilidad de liderazgo a España dentro de las políticas de Seguridad y Defensa europeas. Igualmente, Robles destacó la importancia que tiene este proyecto para la modernización de las Fuerzas Armadas y, en concreto, para el Ejército del Aire, así como el impulso para el desarrollo de la industria española de la Defensa.