Bruselas.- La Asociación de pilotos europeos (ECA), que representa a más de 38.000 pilotos europeos de 36 países, ha pedido a Boeing un ejercicio de transparencia y claridad antes de hablar sobre un posible regreso al servicio del Boeing 737MAX, en tierra desde marzo por dos accidentes mortales.
Los pilotos consideran “muy preocupante que tanto la FAA como Boeing estén considerando volver a operar con estos aviones antes de discutir las muchas preguntas desafiantes que se plantean”.
Además, aseguran que la Agencia Europea de Seguridad Aérea tiene un papel clave que desempeñar en este asunto, proporcionando una garantía transparente e independiente para los pilotos y los viajeros de Europa.
“Boeing debe aportar claridad sobre su diseño y también sobre la filosofía que lo respalda”, declara Jon Horne, presidente de la ECA. “Aparentemente, solo se eligió un sensor para alimentar un sistema crítico como el MCAS, lo que lo hace altamente vulnerable.
“Somos nosotros, los pilotos, quienes necesitamos saber si vamos a volar un avión de forma segura. Nuestra lista de preguntas se hace más larga cada día. Depende de Boeing y de la FAA asumir la responsabilidad y ser transparentes al respecto”, explica Horne.
Los dos accidentes sufridos por este tipo de avión ponen de relieve los fallos críticos que se han desarrollado en el sistema en lo que respecta al diseño, la certificación, la regulación y la capacitación adecuada. El hecho de que durante el proceso de certificación tanto el fabricante como las autoridades no lo hayan descubierto “es extremadamente preocupante”, aseguran desde la asociación de pilotos.
Este modelo de "certificación delegada" que ha precedido la situación de los MAX es “probable que se haya producido en otros programas de aeronaves en otras regiones, por lo que seguramente también deben evaluarse en Europa”, explican desde la ECA.
Boeing construyó un avión según los deseos de sus clientes. “El problema es que no hubo un regulador independiente que analizase este modelo en profundidad desde una perspectiva de seguridad y analizase una filosofía de diseño impulsada por prioridades comerciales. Lo que ha revelado una configuración regulatoria y de supervisión que deja seriamente socavada la confianza de los pilotos. Y la pregunta obvia que viene a la mente es: ¿Cómo podemos confiar en una solución del MCAS, un sistema que ya es una solución para manejar características que de otra manera no podrían ser certificadas? ¿Existen otras áreas del diseño para impulsar la aeronave a través de la certificación (como un tipo común), con vulnerabilidades similares? ¿Existen controladores y procesos similares en otros programas de aeronaves con un carácter similar?”, comenta Horne.
“Respaldamos plenamente las condiciones previas de la EASA”, dice Jon Horne. “Y entendemos la tremenda presión a la que se enfrenta la Agencia para ser exhaustiva, pero rápida, independiente, pero cooperativa. Sabemos que esta no es una posición envidiable. Sin embargo, la Agencia debe ser capaz de resistir cualquier presión de este tipo y llevar a cabo una revisión independiente y exhaustiva. Simplemente aceptar la palabra de la FAA sobre la seguridad del MAX no será suficiente”.