París.- Francia y Alemania anunciarán este miércoles un contrato de 65 millones de euros financiado por igual por ambos países durante dos años como el primer acto del programa conjunto para diseñar un avión de combate de próxima generación, según supo la agencia Reuters de fuentes del Ejército francés.
Las ministras de Defensa de Francia, Florence Parly, y de Alemania, Ursula von der Leyen, presidirán este miércoles la ceremonia de la firma del contrato en las instalaciones de Safran en el noreste de París.
Ambos países incluirán a España como socio pleno en el programa el próximo verano, como ya adelantó este diario. También están abiertos a que más socios europeos se unan a este programa, según indicaron a Reuters las fuentes informantes.
Dassault Aviation y Airbus, que construirán el avión que sustituirá al Rafale de Dassault y los Eurofighters del consorcio europeo Airbus para 2024, comenzarán a trabajar en el concepto y las arquitecturas del programa, añadieron las fuentes.
Se espera que las compañías lancen demostradores de aviones y motores para mediados de este año.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaron por primera vez en julio de 2017 un plan para el nuevo Sistema de Combate Aéreo Futuro (FCAS), que incluirá un avión de combate y una gama de armas asociadas, incluidos aviones no tripulados.
Después de casi dos años de trabajo preparatorio por parte de las compañías involucradas, los acuerdos que se anunciarán este miércoles y la firma del contrato allanarán el camino para que el programa comience en serio.
Airbus y Dassault han estado esperando que se firmen los contratos iniciales para comenzar a trabajar en el nuevo proyecto.
Se espera que la empresa francesa Safran y la alemana MTU Aero Engines desarrollen conjuntamente el motor del nuevo caza, mientras que la firma francesa de electrónica Thales y el fabricante europeo de misiles MBDA también participarán.
Alemania eliminó un obstáculo clave para avanzar en el proyecto la semana pasada cuando se inclinó ante las demandas francesas y descartó el caza furtivo F-35 de Lockheed Martin en un concurso de miles de millones de euros para reemplazar a los antiguos aviones de combate Tornado que están equipados para llevar armas nucleares.
París, el socio europeo más cercano de Alemania, había advertido que la compra del F-35 en particular desbarataría los planes para desarrollar el nuevo caza franco-alemán en 2040, ya que constituiría un competidor potencial para ese proyecto.
Gran Bretaña, que saldrá de la Unión Europea en marzo, presentó su propio programa de desarrollo de aeronaves rivales, denominado ‘Tempest’, en la feria aérea de Farnborough en el pasado mes de julio.
Los ejecutivos militares y de la industria europeos dicen que creen que los dos programas podrían y deberían fusionarse, dada la necesidad de competir internacionalmente y los muchos miles de millones de euros necesarios para desarrollar un nuevo avión de combate.