Ottobrunn.- El satélite científico Solar Orbiter (SoIO) de la ESA, cuyo lanzamiento está previsto para comienzos del año próximo a bordo de cohete Atlas V desde Cabo Cañaveral, ha sido sometido a pruebas de vacío térmico en la instalación de pruebas de la empresa alemana IABG en Ottobrunn.
El modelo de vuelo de la nave espacial había sido preparado por el contratista principal Airbus en el Reino Unido. Solar Orbiter observará el Sol y medirá el viento solar desde un mínimo de 42 millones de kilómetros de distancia, o menos de un tercio de la distancia de la Tierra. Como resultado, la nave se someterá a aproximadamente 13 veces la cantidad de calentamiento solar que experimentan los satélites en órbita terrestre, y a temperaturas superiores a 500°C.
El cuerpo principal de Solar Orbiter estará protegido de la luz solar directa mediante un escudo térmico de titanio de múltiples capas orientado hacia el sol. La antena de alta ganancia de 1,1 m de diámetro se desplegará desde el cuerpo de la nave espacial para transmitir datos científicos a la Tierra en banda X de alto ancho de banda.
El color negro de la antena es inusual. Está cubierto con el mismo tipo de revestimiento protector de alta temperatura que el frente del protector de calor de Solar Orbiter, basado en carbón quemado. Desarrollado por la compañía irlandesa ENBIO, se seleccionó este recubrimiento 'Solar Black' porque puede mantener las mismas propiedades de color y superficie a pesar de los años de exposición a la luz solar no filtrada y la radiación ultravioleta.
La antena de alta ganancia se coloca al final de un brazo de 1 m de largo que permite maniobrar, lo que permite a Solar Orbiter mantener un enlace fiable y de gran ancho de banda con la Tierra a lo largo de su fase de recopilación científica.
Esta campaña de prueba, que utiliza poderosas lámparas para simular la radiación del Sol, comenzó simulando las condiciones a las que se someterá la nave espacial mientras maniobra hacia su órbita operativa a través de los sobrevuelos de la Tierra y Venus.
"Durante el 99% del tiempo de operaciones de la misión, el escudo térmico protegerá a Solar Orbiter, pero habrá más de una docena de maniobras cuando uno de los paneles laterales esté expuesto a la luz solar", explicó Claudio Damasio, ingeniero térmico del proyecto Solar Orbiter de la ESA. "Por lo tanto, necesitamos saber cómo responde el modelo de vuelo Proto cuando el exterior del aislamiento en estos paneles alcanza una temperatura de aproximadamente 120 a 150 grados Celsius".
Por razones prácticas, algunos elementos, como los paneles solares y el brazo de instrumentos, no se integraron con la nave espacial durante la prueba. Se integraron este mes en la nave espacial, que luego se someterá a una serie de pruebas de compatibilidad mecánica y electromagnética.