Darmstadt.- El 90% de los grandes asteroides que podrían acabar con la civilización han sido localizados y rastreados. Sin embargo, entre los de 5 a 500 metros sólo se ha encontrado un pequeño porcentaje. Los científicos concentran sus esfuerzos, en ellos, según explica la Agencia Espacial Europea (ESA).
En la ESA, en Alemania, los equipos que velan por la seguridad están desarrollando un sistema de alerta temprana para los asteroides más pequeños, que son los más numerosos, como el que cayó en Suráfrica hace tan solo unas semanas.
Rüdiger Jehn, líder del departamento de la ESA especializado en objetos cercanos a la Tierra, comenta que el pasado día 2 de junio "hubo una gran bola de fuego en áfrica. Aquí podemos ver cómo el asteroide, de unos dos o tres metros, entra en la atmósfera, arde y explota. Eso es lo que queremos observar porque si hubiera sido un poco mayor, quizás de 5 metros, el choque podría haber causado un daño significativo en la superficie y lo que queremos es informar a la gente de antemano”.
Con el fin de estar mejor preparados, la ESA está construyendo un telescopio llamado Flyeye, que escaneará desde Sicilia los objetos espaciales pequeños y en movimiento. De hecho, la agencia vigila alrededor de 740 asteroides actualmente. Jehn precisa que la "tasa de detección de asteroides es de unos 200 por mes y quizás, entre ellos, 3, 4 ó 5 podrían golpear la Tierra. No hay ninguno que represente realmente una amenaza seria entre los que vigilamos. Hay muchas cosas que están en el espacio y que aún no hemos detectado, estamos buscándolas, pero de momento no hay nada por lo que tengamos que preocuparnos”.
Tanto la Nasa como la japonesa JAXA tienen misiones para explorar asteroides, este año. La nave espacial japonesa Hayabusa 2 estudiará el asteroide Ryugu este verano. Empleará un módulo de aterrizaje alemán llamado Mascot.
Ralf Jaumann, científico planetario del centro aeroespacial alemán, DLR, explica el procedimiento: "Localizaremos el lugar para el aterrizaje y luego, el 3 de octubre, liberaremos a Mascot para que aterrice en la superficie y tome muestras de la misma. El segundo paso después de recabar esta información es dirigir la nave espacial japonesa hasta la superficie, tomar de nuevo muestras de la misma y regresar con ellas a la Tierra”.
La misión permitirá afinar cómo desviar un asteroide que representa una amenaza potencial, alejándolo de la Tierra. Jaumman asegura que "no es fácil. No se pueden destruir asteroides con armas atómicas o con armas nucleares. Esto hay que saberlo. Estudiar su composición es importante para entender cómo podemos desviarlo, detener su rotación, y lograr más radiación en uno de sus lados para alejarlo la Tierra. Por lo tanto, conocer su composición y sus propiedades físicas será muy útil en la investigación de las estrategias para mitigar sus efectos”.
Así pues, se están realizando esfuerzos para evitar que la especie humana termine en un museo. Actualmente no hay ninguna amenaza inminente, pero es importante subrayar que un asteroide relativamente pequeño puede tener un efecto catastrófico.
Basta con ver el simulacro de un asteroide de cien metros que alcanza Viena y borra la ciudad del mapa. Christian Köberl, director del Museo de Historia Natual de Viena pone como ejemplo la Luna: "Sólo tenemos que observar la Luna, el objeto espacial más próximo a la Tierra. Vemos que está totalmente cubierta por cráteres, debidos a impactos. En la Tierra esto no se aprecia tan bien porque tiene una superficie geológica activa. Pero estamos siendo bombardeados por objetos del espacio, todo el tiempo. Grandes y pequeños. Los más grandes no son muy frecuentes. Pero los choques suceden, ocurrieron en el pasado y por supuesto seguirán ocurriendo en el futuro".