Barcelona.- La compañía aérea española Spanair apuesta claramente por Barcelona, ya que «se merece una mejor conexión al mundo» y el aeropuerto de la ciudad tiene demanda suficiente para convertirse en un aeropuerto internacional que pueda ofrecer servicios completos desde la misma capital catalana, según declaró su presidente, Ferran Soriano, en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE).
En la sesión del Programa de Continuidad del IESE «De la T1 a Spanair: competir desde Barcelona», también participaron el CEO de Spanair, Mike Szücs; el director del aeropuerto de Barcelona, Fernando Echegaray; y el director general de Puertos, Aeropuertos y Costas de la Generalidad de Cataluña, Oriol Balaguer.
El CEO de Spanair entró en los datos económicos y comentó que si consiguen sus objetivos llegarán a ser la aerolínea de primera opción en Barcelona. Mike Szüks aseguró que están ante «un proyecto difícil, pero con muchas oportunidades», y explicó que las claves para que el proyecto funcione son reducir costes y mejorar la eficacia. Szüks cree que para que la compañía sea rentable, además de reducir la plantilla un 45%, se tendría que reducir la flota y mejorar su utilización.
Spanair ha sido la primera compañía en operar en la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona y tanto su director como el representante de la Generalidad coincidieron en señalar que la nueva T1 es el escenario perfecto para mejorar las conexiones internacionales de la ciudad.
Echegaray explicó que «la clave del éxito es todo lo que gira alrededor del aeropuerto». En efecto, las 47 tiendas disponibles para los viajeros, los 30 puntos de restauración (uno de ellos con estrella Michelin) o los 5.000 metros cuadrados de espacio VIP ayudan a que Barcelona pueda empezar a ser una gran puerta internacional.
Balaguer, por su parte, aseguró que tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalidad y la Cámara de Comercio apuestan por Spanair. «El aeropuerto de Barcelona es el mejor de los nuevos aeropuertos de Europa y queremos estar a su lado. Que funcione el aeropuerto es bueno para todos», concluyó Balaguer.