Luxemburgo.- De aquí al año 2020 las emisiones de CO2 de los aviones deberán reducirse en un 10%, según decidió el Consejo de Ministros de medio Ambiente, reunidos el pasado miércoles en Luxemburgo.
Los ministros de los 27 han pedido por primera vez que se fijen metas para la reducción de emisiones de gases de invernadero de aviones y buques. Estas dos categorías de transporte, no incluídas en la negociación de Kyoto, figurarán en la de Copenhague.
El titular sueco de Medioambiente, Andreas Carlgren ha insistido en que de manera global, “la Unión se ha marcado reduccir sus emisiones del ochenta al noventa y cinco por ciento en 2050 tomando como base los niveles de 1990”.
Bruselas estima los objetivos que la Unión se ha fijado con el transporte marítimo y aéreo se traducirían en unos ingresos de entre veinte mil y treinta mil millones de euros, que podrían dedicarse a financiar la lucha contra el cambio climático en los países pobres. Pero, el martes, los ministros de finanzas fueron incapaces de llegar a un acuerdo sobre este punto.
Tal y como reconocía en Luxemburgo, Sigmar Gabriel, ministro alemán de Medioambiente, “tendríamos que haber clarificado el aspecto financiero pero no hubo consenso” dice.
Nueve países del centro y el Este de Europa, liderados por Polonia estiman que el esfuerzo que se les pide a los países más pobres del bloque para ayudar al tercer mundo es desproporcionado.
En suma, a Europa le cuesta llegar a un consenso más amplio sobre el clima, a siete semanas de la cumbre internacional de Copenhague.