Providence.- Utilizando datos de satélites, científicos de la Universidad de Brown, Rhode Island, EE UU, sostienen que el agua observada en la Luna procede del magma que originalmente vino de su interior, con lo que contradicen la teoría del Programa Apolo, que afirmaba que la presencia del líquido en el satélite tiene un carácter anómalo y ocasional.
El magma salió a la superficie lunar desde lo más profundo del satélite, según el estudio publicado por la revista Nature Geoscience. Los investigadores han descubierto yacimientos abundantes de agua en diferentes zonas de la superficie de la Luna con la ayuda de datos obtenidos por la sonda Chandrayaan-1, que midió la estructura mineral y las temperaturas del satélite.
Tras estudiar los resultados, los geólogos pudieron llegar a la conclusión de que la suposición de los científicos del equipo del programa espacial estadounidense Apolo, que se remonta a los años 60 del siglo XX, no es correcta.
Si esta suposición es cierta y la superficie de la Luna posee aún más agua, eso pondría en tela de juicio la teoría existente sobre el origen del satélite, según la cual, se formó como resultado de la colisión entre el protoplaneta Tea y la Tierra.
Investigaciones anteriores habían detectado rastros de hielo en los polos lunares. Sin embargo, esa agua probablemente es resultado del hidrógeno que proviene del viento solar, según el investigador principal del nuevo estudio, el geólogo Ralph Milliken, según el cual, si eso en realidad ocurrió así y el satélite se formó de la masa producida por aquella colisión, toda el agua de la Luna se debería haber evaporado.
La tesis de Milliken sostiene que algunos de estos rastros corresponden a agua que vino desde el interior de la Luna. "Hoy observamos agua en los depósitos que están en la superficie, pero son resultado del magma que originalmente viene de lo profundo del interior lunar. Por lo tanto, debido a que los productos del magma tienen agua, el interior de la Luna también debe contener agua", concluye.