Río de Janeiro.- Cuatro países han respondido a la oferta brasileña de hace poco más de una semana. EE UU, Francia, Rusia e Israel han mostrado a Brasil su interés por utilizar el Centro de Lanzamiento de Alcántara (CLA), en el amazónico estado de Maranhão.
Hace unos días, el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, anunció que su Gobierno ha abierto a otros países el uso de su base espacial de Alcántara. “Vamos a retomar el proyecto de lanzamiento de satélites desde la base de Alcántara y y para ello le pediremos al Congreso que apruebe una nueva ley sobre salvaguardas para que se permita el uso de tecnología extranjera en territorio nacional y para que nadie tenga acceso a la tecnología estratégica usada por el país lanzador”, explicó Jungmann.
"La semana pasada, un grupo de franceses estuvo de visita en el CLA. Según me informaron, éste está en condiciones operativas. Es decir, si es necesario, el centro podría lanzar cohetes dentro de una semana", comentó el ministro tras recorrer sus instalaciones para conocer detalles del programa espacial brasileño.
El CLA es la segunda base de lanzamiento de cohetes de la Fuerza Aérea brasileña, que alberga las pruebas del Vehículo Lanzador de Satélites y está destinado a realizar misiones de lanzamiento de satélites.
De acuerdo con el ministro, cualquier acuerdo que alcancen las partes interesadas tendrá en cuenta la soberanía de Brasil.
Jungmann dijo que sostuvo conversaciones con la dirección de Embraer Defensa, una división de la fabricante de aviones, para que junto a la compañía brasileña de telecomunicaciones, Telebras, firmen acuerdos con el CLA. Embraer y Telebras constituyeron una empresa conjunta, Visiona, la cual contrató el Satélite Geoestacionario de Defensa y Comunicación (SGDC) de la empresa francesa Thales.
Según Jungmann, teniendo en cuenta que el precio del lanzamiento de un satélite va de 30 a 120 millones de dólares, Brasil puede recaudar de 1.200 a 1.500 millones de dólares con la cesión de su base espacial a países extranjeros.