Pekín.- Tras el éxito del vuelo de ida y vuelta de orbitador lunar chino lanzado el pasado 24 de octubre y regresado a la Tierra el pasado sábado, el responsable del programa ha pedido un análisis minucioso de los datos recogidos por la sonda para acelerar el trabajo relacionado con el Chang'e-5, el proyecto estrella de la misión lunar de 2017.
La sonda despegó del Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang en un cohete Larga Marcha 3C. Se trata de la primera sonda china diseñada para regresar a la Tierra. Con ella China intenta probar una tecnología clave diseñada para ayudar a una futura sonda lunar a regresar a la Tierra con muestras del suelo del satélite en 2017.
Con el éxito del aterrizaje del orbitador lunar de prueba tras un vuelo de ocho días, China se ha convertido en el tercer país que logra completar un viaje de ida y vuelta a la Luna, después de la antigua Unión Soviética y Estados Unidos.
"La misión se llevó a cabo con vuelo estable y precisión en el momento del lanzamiento, la entrada en órbita y la recuperación y se lograron todos los objetivos previamente programados", señaló el director de la Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa Nacional, Xu Dazhe, durante el acto de recibimiento del orbitador.
Según él, la misión marca un "avance decisivo" en la tercera y última etapa del programa lunar y mejora la comprensión de los mecanismos de reentrada a alta velocidad, el desarrollo de nuevos materiales y el diseño de equipos espaciales innovadores. Los expertos creen que este tipo de reingreso contribuirá a dispersar la enorme cantidad de calor que se genera normalmente en los descensos ultra rápidos.
La nave Chang'e-5 recogerá muestras de la superficie lunar en una misión planeada para 2017.