Madrid.- Se cumplen seis meses de la desaparición del Boeing 777-200ER de la compañía Malaysia Airlines con 239 personas a bordo cuando volaba de Kuala Lumpur a Pekín y el mundo sigue sin noticias del vuelo MH470.
Los expertos aún no saben con seguridad qué pasó, pero se cree que el avión cambió de rumbo "en una acción deliberada". Se barajan varias hipótesis para explicar la desaparición del vuelo MH370, desde un brote de locura del piloto o del copiloto hasta un accidente mecánico. La explicación más creíble, según los responsables de la investigación, es una caída súbita del nivel de oxígeno en el aparato que dejó a la tripulación y a los pasajeros inconscientes. El avión pudo haber seguido volando en piloto automático hasta que cayó al mar, debido a la falta de carburante.
Nuevos análisis de las comunicaciones del avión, una a una estación terrestre y otra una llamada por satélite sin contestar de Malaysia Airlines, permiten pensar que el avión giró al sur antes de lo previsto y viajó más al sur de lo que inicialmente se creyó.
Medio año después, los familiares de las víctimas aún buscan respuestas, y alguno hay que aún conserva la esperanza de encontrar con vida a su ser querido. El pasado lunes recordaron a las víctimas en medio de la indignación por la falta de respuestas. Con ocasión de una ceremonia de oración en Pekín, una treintena de allegados denunciaron lo que consideran la indiferencia de las autoridades chinas y los malos tratos de los que algunos se han sentido víctimas. De los 239 desaparecidos, 153 eran chinos.
El vuelo MH370 entre Kuala Lumpur y Pekín desapareció el 8 de marzo. Poco después de despegar, el avión cambió radicalmente de ruta, girando hacia el oeste y después al sur, en dirección al océano índico, donde pudo haber caído por falta de carburante. Su trayectoria fue reconstruida conforme a la información de los satélites, pero se ignora dónde cayó y hasta ahora no se ha encontrado ningún rastro pese a las búsquedas aéreas y submarinas realizadas en las costas occidentales de Australia. Canberra, que dirige las operaciones de búsqueda, anunció el pasado viernes que se habían identificado materiales duros, como el metal en el fondo del océano índico, en la supuesta trayectoria del aparato, aunque al parecer se trata de minerales.
Australia, como país más próximo a la zona donde supuestamente cayó el avión, y Malasia empezarán este mes una nueva fase de búsqueda submarina del avión con ayuda de sonares en un área de unos 60.000 kilómetros cuadrados y situada a unos 1.800 kilómetros al oeste de la ciudad australiana de Perth.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, estuvo el pasado fin de semana en Kuala Lumpur donde se reunió con las autoridades malasias e informó de que la nueva fase de exploración se iniciaría en "unas dos semanas".
"Nuestro reto ahora es acotar un área prioritaria dentro de esta zona más extensa para iniciar la búsqueda con objeto de hallar el avión lo más pronto posible", dijo Judith Zielke, la directora interina del Centro de Coordinación de Agencias Conjuntas (JACC), la unidad que coordina la búsqueda.
La nueva fase de búsqueda y rastreo correrá a cargo de la empresa holandesa Fugro, especializada en este tipo de operaciones, y durará al menos doce meses.