París.- La misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) a Júpiter concluyó su fase de diseño. Pero para que Juice, el Explorador de las lunas de Hielo de ese planeta pueda pasar a la fase de construcción es necesario resolver desde los exigentes requisitos eléctricos, magnéticos y de alimentación, pasando por la elevada radiación, hasta las normas de protección planetaria.
Tras su lanzamiento, programado para 2022, y su llegada al sistema joviano en 2029, Juice (JUpiter ICy moons Explorer) pasará tres años y medio examinando la turbulenta atmósfera de Júpiter, su enorme magnetosfera, su conjunto de tenues anillos oscuros y sus satélites.
La misión estudiará las grandes lunas Ganímedes, Europa y Calisto, pues se cree que podrían ocultar océanos de agua líquida bajo su corteza helada, e incluso albergar entornos habitables. Y culminará con un recorrido exclusivo de ocho meses alrededor de Ganímedes: será la primera vez que una nave orbite un satélite natural distinto a nuestra Luna.
Juice estará equipado con diez avanzados instrumentos, incluyendo cámaras, un radar capaz de penetrar en el hielo, un altímetro, experimentos radiocientíficos y sensores para monitorizar los campos magnéticos y las partículas cargadas del sistema joviano.
Para garantizar que pueda abordar estos objetivos en el adverso entorno de Júpiter, el diseño del explorador debe cumplir requisitos muy estrictos.
A principios de este mes se alcanzó un hito importante, ya que quedó fijado el diseño preliminar de Juice y sus interfaces con los instrumentos científicos y las estaciones terrestres, lo que ahora permitirá construir un prototipo para someterlo a ensayos rigurosos.
La revisión también confirmó que la nave, de 5,3 toneladas, será compatible con su lanzador Ariane 5.
Al operar en el Sistema Solar exterior, lejos del Sol, Juice precisará de un enorme conjunto de paneles solares: se prevén dos alas de cinco paneles cada una, con una superficie total de casi 100 metros cuadrados, capaz de suministrar 820 W al final de la misión, ya en Júpiter.
Tras el lanzamiento, Juice efectuará cinco sobrevuelos con asistencia gravitatoria en total -uno en Marte, otro en Venus, y tres en la Tierra- para ponerse en camino hacia Júpiter. Sus paneles solares tendrán que soportar temperaturas elevadísimas: por ejemplo, al acercarse al Sol durante el sobrevuelo venusiano, las alas se inclinarán para evitar que unas temperaturas excesivas dañen las células solares.
El motor principal del satélite se utilizará para entrar en órbita alrededor del planeta gigante y, más tarde, al orbitar alrededor de Ganímedes, la mayor luna de Júpiter. Por eso, el diseño del motor también se ha sometido a revisiones críticas en esta fase.
Una serie de medidas especiales permitirán que Juice resista a la radiación extremadamente violenta que sufrirá durante los años que orbite Júpiter. Para ello habrá que seleccionar cuidadosamente los componentes y los materiales, así como el blindaje antirradiación.