Washington.- Investigadores de la Nasa y Boeing están trabajando juntos en el diseño de un ala más delgada, ligera y larga, muy diferente de las alas de los aviones de transporte comerciales, que requieren un dispositivo para proporcionar apoyo adicional al ala, con la esperanza de conseguir ahorrar un 50% en el consumo de combustible y emisiones.
Cada gramo de peso en un avión aumenta el combustible, las emisiones y el dinero necesarios para ponerlo en el aire. Los investigadores esperan que el ala más ligera de peso y con menor resistencia reduzca el consumo de combustible y las emisiones de carbono en al menos un 50% con respecto a los aviones de transporte con la tecnología actual, y entre un 4 y un 8% en comparación con configuraciones convencionales equivalentes con tecnología avanzada de alas sin soporte.
Los ingenieros están probando en el túnel de viento los modelos usando varias técnicas experimentales para validar los cálculos y predicciones de rendimiento de las aeronaves.
En esta imagen, Greg Gatlin, ingeniero de investigación aeroespacial del Centro de Investigación Langley de la Nasa, inspecciona el ala durante las pruebas en el túnel de viento en el Centro de Investigación Ames de la Nasa en Silicon Valley.
Ingenieros de la Nasa y Boeing están analizando los resultados de las últimas pruebas y planean explorar aún más el diseño de las alas. Estas pruebas forman parte del Proyecto de Transporte Aéreo Avanzado de Tecnología de la Nasa, que aborda el reto de desarrollar mejoras en la eficiencia energética para reducir las emisiones y el ruido ambiental sin afectar a la seguridad.