Quito.- Seymour, el primer aeropuerto ecológico del mundo, edificado en las Islas Galápagos, pertenecientes a Ecuador, entra en funcionamiento después de un año de construcción.
Ubicado en la reserva natural de Galápagos, Seymour es el primer aeropuerto construido en su mayoría de material reciclable que aprovecha la energía del sol y el viento para funcionar.
Se estima que este aeropuerto, que cuenta con conexiones directas a las dos principales ciudades de Ecuador, no solo se convierta en un atractivo local sino que aumente el flujo de turistas en los próximos años.
Su director, Jorge Rocillo, quiere demostrar con este proyecto que es posible la creación de un espacio moderno y funcional preservando a su vez el entorno natural.
Según Ezequiel Barrenechea, presidente del Aeropuerto Ecológico de Galápagos, el terminal aéreo *está diseñado con las últimas técnicas referentes al uso de energías renovables.
Las paredes son de color blanco y las ventanas son sumamente grandes, de forma que se obtiene la mayor cantidad de luz posible sin utilizar luz eléctrica. El edificio está ubicado en zonas donde los vientos son predominantes, lo que disminuye la temperatura interna sin tener que recurrir al aire acondicionado.
Respecto al agua, el aeropuerto se encuentra en una zona donde no existe agua dulce, motivo por el cual se ha instalado una planta de desalinización. Y para contar con energía eléctrica, se ha diseñado un sistema fotovoltaico que abastecerá un 13% de la demanda total de energía de la instalación, pero se espera aumentarla a 25%.
Todos estos aspectos han hecho al aeropuerto de Galápagos merecedor del primer y único certificado Leed Gold, el sistema de certificación de edificios sostenibles en Estados Unidos.