París.- Un error de los pilotos del avión MD83 de la compañía aérea española Swiftair que se estrelló el pasado 24 de julio en Mali y en el que fallecieron los 110 pasajeros de diferentes países y los 6 tripulantes españoles causó el accidente, según las conclusiones preliminares de la Oficina de Investigación y Análisis francesa (BEA) dadas a conocer este fin de semana.
Los pilotos no activaron el sistema anticongelante de las sondas de presión. Tras despegar con normalidad de Uagandugu con destino a Argel, el avión rodeó una zona tormentosa y se activó el piloto automático a una altitud de unos 9.500 metros. Dos minutos más tarde, el valor de presión registrado por el avión, "parámetro fundamental para la conducta de los motores", era erróneo para el motor derecho y 55 segundos más tarde también para el izquierdo, concluye la BEA
"Eso se debió, al parecer, a la congelación de las sondas de presión situadas en los motores", ha señalado la BEA, que ha recordado que estos aparatos cuentan con un sistema de protección contra el hielo que los descongela con aire caliente.
“El análisis de los datos disponibles indica que la tripulación, al parecer, no activó esos sistemas durante la situación del avión en su altura de crucero", indican los investigadores. Con esos datos erróneos, el piloto automático redujo la velocidad del avión, por lo que no pudo mantener la altura de crucero. Tras 20 segundos de caída libre el piloto automático se desconectó. Para corregirlo, el piloto automático ordenó que el avión picara hacia arriba para mantener la altura, lo que tuvo el efecto contrario, ya que dejó de planear y fue cayendo.
Tras 20 segundos de caída libre, el piloto automático se desconectó y el avión partió bruscamente hacia la izquierda hasta tener una inclinación de 140 grados y un ángulo de caída de 80 grados. En ningún momento se registró una maniobra de la tripulación para impedir que el avión cayera, agregan.
Con la BEA colaboran Pratt & Whitney, constructor de los motores del avión y La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) norteamericana para averiguar las causas del accidente.
Según un anterior informe, también provisional, emitido el pasado mes de septiembre, la BEA apuntó que no había sido posible recuperar la información de las cajas negras con los registros de conversaciones en cabina y datos de vuelo, puesto que, a resultas del impacto, quedaron en muy mal estado, resultando partidas en varios trozos y quedando los mecanismos destruidos. No obstante, con su reconstrucción se había logrado recuperar una media hora de grabación, aunque, por entonces, resultara casi imposible descifrar.