Madrid.- Pilotos y operadores hallan deficiencias en el Real Decreto por el que se regulan las actividades aéreas de lucha contra incendios, búsqueda y salvamento, que entra en vigor el próximo mes de junio, según han puesto de manifiesto unas jornadas del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) sobre actividades aéreas de lucha contra incendios.
Es necesario establecer protocolos de actuación y coordinación que permitan optimizar y dotar de mayor seguridad a los complejos trabajos de extinción de incendios, asegura el COPAC. El principal problema expuesto es el relevo generacional, al dificultar la posibilidad de que los copilotos puedan contabilizar las horas de vuelo, que por otro lado son imprescindibles para el ejercicio profesional.
Pilotos y operadores han coincidido en la necesidad de establecer vías alternativas que permitan que los copilotos adquieran experiencia y puedan acreditarla formalmente para asumir en el futuro funciones de comandante, con el nivel de especialización necesario.
Por otro lado, se ha expuesto la importancia de regular la coordinación aérea, un perfil que no está suficientemente definido y que cada Comunidad Autónoma gestiona de manera diferente, a pesar de ser una pieza fundamental en la adecuada gestión de los incendios forestales.
De cara al inicio de la próxima campaña, el COPAC ha insistido en la necesidad de realizar una buena gestión de riesgos asociados a la extinción de incendios, adoptando las medidas preventivas adecuadas, teniendo en cuenta los factores humanos, técnicos y organizacionales y el peculiar entorno operativo de la extinción de incendios. En este sentido, la formación y entrenamiento de las tripulaciones son factores imprescindibles para reducir la siniestralidad.
El COPAC recuerda que el sector de Trabajos Aéreos ha padecido graves carencias en materia normativa, de formación y de supervisión que hasta ahora se han traducido en unos elevados índices de siniestralidad. En la última década se han registrado 70 fallecidos en operaciones de trabajos aéreos, siendo el año 2011 el año más trágico, con 18 víctimas mortales.