Washington.- El Pentágono norteamericano ha decidido, al fin, no enviar su caza F-35 al Reino Unido para su esperado debut en el Salón Aeronáutico Internacional de Farnborough como se anunciaba en vísperas de su inauguración.
El F-35 es el programa de aviones más caro del Departamento de Defensa estadounidense, con un coste de aproximadamente 400.000 millones de dólares. Su objetivo es sustituir a los aviones de la época de la Guerra Fría como el F-16 de la Fuerza Aérea, el F/A-18 Hornet de la Armada, así como el EA-6B Prowler y el AV-8B Harrier de los marines.
El portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, indicó que el Departamento de Defensa tomó la decisión de no volar al Reino Unido como medida de precaución debido a algunos problemas técnicos. Kirby lamentó que la decisión se tomara a última hora y se mostró optimista al afirmar que próximamente el F-35 podrá mostrar sus capacidades de combate.
El Pentágono desarrolla tres variantes de F-35. El proyecto aún está en fase de desarrollo y ha levantado duras críticas en el país por su elevado coste y por los continuados fallos técnicos registrados durante su desarrollo.
Precisamente la Marina y la Fuerza Aérea estadounidenses han resuelto esta semana permitir que el F-35 pueda volver a volar, aunque con limitaciones, con lo cual habían mantenido abierta la posibilidad de exhibirlo en Farnborough.
Los vuelos de toda la flota de F-35 fueron prohibidos después del incendio en la Base Aérea Eglin en Florida. Al principio se dispuso la suspensión temporal de las operaciones mientras se realizaba una investigación. Pero luego se cancelaron los vuelos del centenar de aparatos para inspeccionar todos los motores y determinar si se trataba de un problema sistémico o de un solo avión dañado.