Canberra.– Tras revisar los últimos datos, las autoridades australianas han decidido cambiar el área de búsqueda del avión de Malaysia Airlines desaparecido el pasado 8 de marzo hacia una zona más al sur del océano índico, ha anunciado esta mañana el ministro de Transporte, Warren Truss.
"La nueva zona de prioridad todavía está centrada en el séptimo arco, donde el avión se comunicó por satélite por última vez. Ahora estamos enfocando nuestra atención hacia un área más hacia el sur a lo largo del arco, basados en estos cálculos" indicó Truss, quien añadió que la información de que disponen confirma que el B 777 volaba con el piloto automático cuando despareció.
Comienza, pues, ahora otra nueva fase de la larga, costosa y hasta ahora infructuosa búsqueda. El B 777, con 239 personas a bordo, desapareció poco después de despegar de Kuala Lumpur con destino a Pekín. Los investigadores sugirieron que el avión fue desviado deliberadamente a miles de kilómetros de su ruta prevista antes de sumergirse finalmente en el océano índico.
La búsqueda se concretó durante el pasado mes de abril en una vasta zona después de recibir una serie de señales acústicas que se estimaron procedentes de las cajas negras del avión desaparecido. Pero un mes después los investigadores se convencieron de que los restos que buscaban no estaban en el área acotada, a unos 1.600 kilómetros de la costa noroeste de Australia, y decidieron ampliar la zona de búsqueda.
Truss indicó que la nueva zona de búsqueda prioritaria se decidió después de una revisión de los datos del satélite y la información de radar. "Es muy probable que el avión estuviera con el piloto automático; de lo contrario, no podría haber seguido el rumbo ordenado que se ha identificado a través de los satélites", dijo Truss a los periodistas en Canberra.
Dos barcos, uno chino y uno de la empresa de ingeniería holandesa Fugro, actualmente están cartografiando el fondo del mar a lo largo del arco, donde las profundidades superan los 5.000 metros en algunas partes.
Se espera que la próxima fase de la misión de búsqueda comience en agosto y se extienda durante un año. La zona abarca unos 60.000 kilómetros cuadrados del océano, y supondrá un coste superior a los 60 millones de dólares.