Moscú.- La empresa norteamericana SpaceX, cuyo contrato con la Nasa para enviar a la Estación Espacial Internacional (ISS) su nave de reabastecimiento Dragon a bordo de sus lanzadores Falcon-9 se eleva a 1.600 millones de dólares, pretende aprovecharse de las sanciones impuestas a Moscú para hacerse con el mercado aeroespacial de EE UU.
Así lo publicó el diario económico digital ruso RBC Daily, según recoge la agencia RIA Novosti.
La semana pasada un tribunal de EEUU prohibió a la corporación United Launch Alliance (ULA) adquirir propulsores para cohetes rusos RD-180, alegando las sanciones que Obama impuso a Rusia por el conflicto de Ucrania. La decisión no abarca los motores ya comprados.
Sin embargo, no fueron las autoridades estadounidenses quienes presentaron la demanda sino la empresa Space Exploration Technologies (SpaceX), que sueña con hacerse con estos encargos militares, dice la agencia informativa rusa.
Desde 2006 ULA mantiene el monopolio sobre la puesta en órbita de los satélites del Pentágono. En los últimos ocho años realizó unos 70 lanzamientos, varios con cohetes equipados con propulsores rusos.
En la demanda de SpaceX se menciona al viceprimer ministro de Rusia Dmitri Rogozin, incluido en la lista de sanciones de EEUU y que se ocupa en particular del sector espacial. De ahí, la demandante estadounidense concluye que las adquisiciones de los propulsores sirven “a los intereses de Rogozin”.
Todo hace pensar, según recoge la agencia informativa, que la indignación del presidente de SpaceX, Elon Musk, es tan solo una herramienta de su lucha por el mercado aeroespacial de EEUU. Su objetivo consiste en ampliar su presencia en el mercado espacial estadounidense donde predominan Boeing y Lockheed Martin. ULA firmó un contrato para lanzar 34 cohetes en los próximos cuatro años. Musk espera que de 2015 a 2017 el Pentágono convoque una licitación para 14 lanzamientos más, con un importe de 2.600 millones de dólares.
La ventaja que puede presentar SpaceX son precios casi cuatro veces más bajos, sin embargo ULA es conocida por su fiabilidad. Musk también está dispuesto a lanzar un desafío a Rusia en cuanto al mantenimiento de la ISS. Ya declaró que puede llevar cargamentos a la Estación por 20 millones de dólares frente a los 70 millones que cobra Moscú.