Año nuevo vida nueva, se propone y desea uno al estrenar cada almanaque. En estos primeros días del 2014 los ingenieros aeronáuticos eligen la Junta Directiva de su Colegio y Asociación y muchos se temen lo peor: que el desinterés y la apatía puedan hacer que los Reyes Magos les castiguen dejándoles un carbón. Es decir, que en año nuevo vuelva la misma y vieja mala vida.
Circula por ahí entre miembros del COIAE una carta con recogida de firmas, a la que este diario ha tenido acceso, en la que los firmantes muestran su “preocupación por el hecho de que la pasividad reinante en el colectivo pueda permitir que vuelvan a él personas que ya han formado parte de la época más oscura de la gestión colegial”.
“Ya sabemos que alguna de las candidaturas no es muy conocida por muchos de nosotros; pero, en cambio, otra sí lo es y no con muy grato recuerdo. Por eso os pedimos que votéis en conciencia y no os quedéis sin hacerlo por pasotismo. El Colegio no puede soportar otros años de negrura y alejamiento de los compañeros y menos en un momento en el que muchos necesitan ayuda y el sector está en un periodo de gran incertidumbre que necesita más que nunca la intervención de los ingenieros para evitar que acabe muy mal", señalan en su misiva.
"Por tanto, los abajo firmantes pedimos una participación masiva que evite que las personas que han hecho tanto daño al colegio vuelvan a él otra vez. Una vez conseguido esto, podremos entre todos darle una vuelta a la situación y renovar la gestión colegial con caras nuevas. Aunque de momento no las conozcamos, si lo hacen bien tendrán todo nuestro apoyo”, concluyen los firmantes en su carta.
Se temen estos colegiados en sus 'predicciones de pasado' que éste no sirva de escarmiento y recelan, en fin, de lo “déjà vu”, la vuelta a las andadas, todas aquellas cosas vistas y sufridas en el pretérito imperfecto reciente, algunas de las cuales ya fueron reveladas en las auditorías de los ejercicios 2008 y 2009 y otras que circulan todavía por los Juzgados, cuando no ya en autos y sentencias judiciales. “Hay pruebas, hechos probados”, aseguran.
No se trata, pues, de sospechas y temores infundados ni de un fenómeno de paramnesia (alteración de la memoria por la que algunos creen recordar situaciones que no han ocurrido o modificativa de algunas circunstancias de aquellas que se han producido). Las sombras del pasado regresan como una amenaza sobre el COIAE, alertan ciertos colegiados y temen “que vuelvan para quedarse con el santo y la limosna”. “¡Año nuevo, vida nueva!”, reclaman.
Francisco Javier Gil